♠•Capítulo 26•♠

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Sufrir es parte de un proceso llamado vivir

Para vivir hay que amar y sufrir.

Una morena ojerosa se encontraba hundida en sus lagunas mentales esperando un poco triste noticias sobre su madre. La desesperación de no recibir noticias por parte de los médicos le carcomían el alma, además le despertaba una ansiedad brutal que la hacía enterrar las uñas en sus piernas provocando así un minucioso dolor el cual le relajaba de cierta manera.

—Hola —escuchó una dulzecilla voz a su costasto, claramente se trataba de una pequeña niña.

—Hola —forzosamente le sonrió.

—Me llamo Hana y ¿tú? —la inocencia que desprendía la pequeña se podía notar a grandes distancias.

—Un gusto Hana, mi nombre es TN—
tendió su mano y fue correspondida de inmediato —¿Con quién estás aquí? Eres muy pequeña para andar sola por este lugar...

—Vine con mi mami...ella está con el doctor y me dijo que esperase aquí hasta que ella saliera —bajó la mirada entristecida —No quería estar sola así que en cuando te vi me dirigí a ti —nuevamente sonrió.

—Está bien...creo que yo igualmente necesito una compañía, no quiero estar sola en un lugar como este —le acarició suavemente el cabello.

—¿Por qué estás aquí? —de la pequeña se desprendió una sonrisa de lo más inocente.

—Mi mamá tendrá un bebe y estoy esperando noticias —sorbió su nariz.

_¡Wo! Que lindo, yo también quisiera tener un hermanito —los pies de la pequeña no alcanzaban el suelo y solo se balanceaban de un lado a otro mostrando su entusiasmo.

Aquella acción le sacó una sonrisa grande a la castaña, la niña le era tan simpática que le hizo sentir bien por lo menos unos segundos.

—Quizas algún día lo tengas —le apretó su moflete de manera cariñosa.

La infante se limitó hacer una mueca de lado y a levantar su hombro en señal de que no creía posible su anterior comentario.

—TN...¿Puedo enseñarte algo?—preguntó la pequeña mientras que de uno los bolsillos de su vestido azul sacaba una pequeña y bonita cadena de mano dorada que tenía grabado el nombre de HANA. —Mi mamá me la obsequió al nacer, dice que soy lo mejor que le ha pasado en la vida aunque a veces llore por todo. Ella siempre me dice que estará conmigo en todo momento y que jamás estaré sola.

—La cadenita es muy especial para ti ¿Verdad? —preguntó curiosamente la castaña.

Ella asintió sonriente —Descubrí que tiene poderes mágicos —habló como si quisiera que nadie la escuchara
—Cura a las personas...sobre todo a los niños como yo.

—¿Por qué lo dices? —la chica preguntó en susurros para estar en sintonía con la niña y cortarle la inspiración y la gran imaginación que poseía.

Ella extendió sus brazos descubiertos para que TN los observara, sin embargo por más que le detalló los brazos no encontró nada fuera de lo común en la pequeña y se lo hizo saber por su expresión de confusión.

—Mira, hace poco mis brazos y cara se lastimaron de una manera muy fea, pero esta cadena hizo que mis heridas desaparecieran y ya no dolieran más...me ayudó a mi y a mi mami —se escuchaba tan convencida de sus palabras que TN ya no comprendía si lo que decía la pequeña era real o fue producto de una gran imaginación suya.

—Eres muy afortunada de tener algo o alguien quien te proteja —le brindó una reconfortante sonrisa.

El tiempo pasó y la charla entre ellas dos se hizo más amena, inclusive ya se trataban como dos grandes amigas aunque tuvieran mucha diferencia de edad. TN podía ser tan infantil como Hana podía ser tan madura.

El Perfeccionista [Park Jimin]Where stories live. Discover now