Un Motor Para Los Dos. (FanFic BNHA Mei X Izuku)

Capítulo 12

Eran 3:40 AM y un molesto sueño la había interrumpido de su descanso e manera abrupta. Tenía la frente húmeda pero los labios resecos, razón por la cual se levantó para ir a tomar un vaso con agua a la cocina del dormitorio. La castaña cruzo su pasillo, bajo por el ascensor y llegó a su destino, se sirvió un vaso con agua y se sentó en una de las banquitas de la barra de la cocina. Su sudoración ya se había reducido y solo miraba la mesa en silencio.

Toda la problemática relacionada con su formación educativa la tenía con una mentalidad bastante desgastada y cansada, no era la primera noche que una pesadilla la levantaba de una forma tan violenta. Pero si algo pudiera decirse en pro de todo esto, es que finalmente Uraraka parecía retomar el camino o, al menos, preocuparse por el.
La verdad es nada de esto hubiera sucedido de no ser por Yaoyorozu, quien después de tanto intentar hacer las cosas como el maestro Aizawa había solicitado, la terquedad y desinterés de la castaña llegó a desquiciarla.

-¡Bueno, ahora que lo pienso, te mereces que hayas perdido tu licencia de héroe! (Momo, realmente molesta)

-!!!(la castaña regresaba la mirada, deteniendo su escape del salón de clases dónde solo estaban ellas) ¿D-de que hablas?

-¿En verdad no lo sabes?...Quisiera decir que me sorprende, pero en verdad no. Tus bajas notas hicieron que perdieras el interés de las agencias de héroes por siquiera tenerte como parte de sus residencias. Pero digo es de esperarse...

-(sus ojos se humedecian)

-(Momo optaba por una pose de seguridad y en alguna forma de burla) ...¿Quien quisiera tener de aprendiz a alguien perdió su licencia por su comportamiento?

-...(la castaña no sabía lo que había hecho, pudo ver en su ente la cara de sus padres decepcionados, de sus sueños frustrados, de todos en la escuela enterándose por su fracaso)

-No me quites más mi tiempo, mi amistad soporto mucho pero estoy cansada de ti.

Eso la había llevado al fin del agujero. Y parecía haber sido la elección correcta de Momo, pues al día siguiente recibiría las disculpas sinceras y con lágrimas de una castaña completamente arrepentida.

Tal y como nos ocurre a todos alguna vez, parecía que la castaña notaba los faltantes en su alrededor, el dinero que gastaba de más en su libertinaje, sus apuntes y útiles escolares, sus amigas, y si, a Izuku.
Y más lo noto esa misma noche, después de verlo, llegando con Hatsume de noche mientras que escuchaba los elogios de ella por la cena tan deliciosa que habían tomado. Eso la hizo sentir, más hundida todavía.

Sus pasos se desviaron del camino hacia su habitación y recorrió los pasillos de los dormitorios masculinos. La tarjeta en la placa de la habitación aún decía "Midoriya" y la puerta no tenía seguro. Adentro solo había una cama  sin cubiertas y un pequeño mueble sin nada sobre de el. Uraraka se sentó en la cama y se quedó unos minutos en silencio. Por un momento pudo ver el partir del peliverde de ese dormitorio. Verlo con lágrimas en los ojos, sentir la presión en el piso que hacía con su calzado rojo por salir de ahí a toda prisa. En ese tiempo ella sentía "es lo mejor", pero ahora un enorme vacío se había hecho en su interior. El no verlo escribiendo todo acerca de los héroes profesionales, el no verlo entrenando nisiquiera después de clases, el silencio que causaba que ya no existieran peleas con Bakugo. Que ya no recibiera ese "Buenos Días" en las mañanas. No pudo evitar las lágrimas y cedió en silencio.

...

Era ya jueves y la castaña poco a poco comenzaba a llegar a tiempo a su horario de clases. Eran las 6:40 AM y ya se encontraba camino al aula. Sus ojos mostraban cansancio y tristeza reprimida. Su expresión corporal un desgaste físico alto. No perdía su atractivo y sus enormes y hermosos ojos, pero aún así era un desastre.
Fue entonces que lo vio. Izuku se encontraba frente a All Might y Aizawa, les entregaba una carpeta que los profesores ojeaban con atención. La castaña no pudo evitar la presión de sentir su presencia y decidió apresurar el paso.
Al entrar al aula no se acercó a nadie y solo se sentó en su pupitre, minutos después el profesor entraría delante del peliverde que le mencionaba "está bien, mañana a las 7 de la noche te regreso tu llave"  y un "gracias, profesor" como respuesta.