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一Oh, por Dios...

一¿Pasa algo?

一No ha llegado ninguno, ¡ni siquiera Alemania! Y tu sabes que Alemania es de los primeros en llegar a las reuniones siempre, sin falta, aunque al día anterior haya dicho que no hay reunión SIEMPRE asiste para asegurarse...

ONU y FBI esperaban. Pero la Organización de las Naciones Unidas parecía empezar a desesperarse.

La agencia federal, quien había estado fuera de aquella sala con anterioridad, había entrado a ver al pacifista y echar un ojo a lo que sucedía para que hubiera tanto silencio. Sorpresa fue lo que sintió cuando al entrar sólo encontró al de azul sentado con la cara en la mesa.

Caminó lentamente hasta quedar tras la organización, quien parecía a punto de ponerse a llorar del enojo; la frustración le hacía reaccionar así cada que algo no le salía como planeaba. Y al llegar a él, le palmeó la cabeza con suavidad, murmurando un "ya, ya, ya" constante en forma de consuelo.

一¿Quieres que los rastree o algo para asegurarme de que todo anda bien?

一No te haré trabajar de más 一respondió él, recostándose del respaldar de la silla para observar hacia arriba el rostro ajeno一. Pero si no llega nadie para las diez, en ese caso
tal vez...

El sonido de la puerta ser abierta con plena lentitud le interrumpió. Volteó a ver hacia allá y se encontró con la mirada cubierta de Estados Unidos seguido por Canadá.

一Sorry, UN, we came late 'cause America fell asleep in the bathroom and after that he didn't want to get up 一pronunció Canadá, entrando avergonzado luego de USA.

一Ya... ¿Y los demás?

一Creí que ya habían llegado 一Canadá respondió con simpleza, mirando la sala casi vacía一. De todas formas, tu sabes cómo son los latinos, seguro se metieron en un problema y arrastraron a los demás en él. Pero estarán bien porque siempre encuentran como salir de eso.

Canadá no era bueno dando ánimos. Lo intentaba y fracasaba, justo como en ese instante. ONU se había empezado a preocupar aún mas.

Pero nada podía hacer por el momento sin molestar al FBI. Aunque sabía que a él no le molestaba, aunque sabía que todo lo relacionado con ayudarlo en el trabajo contentaba al federal, no quería arriesgarse a abusar de la generosidad de su actual pareja. Porque si, ya hacía un tiempo que ambos eran novios. Aunque eso no era algo que los países supieran, precisamente; tenían sus sospechas, nada confirmado.

一¿Y ahora qué? 一preguntó el Canadiense, interrumpiendo el aura silenciosa de la sala ante la ausencia de países.

Ni siquiera los coreanos se habían aparecido, y esos dos no estaban dentro del plan.

一Solo podemos seguir esperando...

🔸🔹🔸

En el mundo de tu propia imaginación, tus dichas y miedo incrementan su valor.

Independientemente de aquello que quieras soñar, tu cerebro actúa por cuenta propia para dar a conocer un presente, pasado o futuro que te pueda hacer llorar o reir. El punto medio es la oscuridad. Ya reiterarlo está de más, siendo que cada quien le da a sus sueños el significado que le da la gana.

Volvamos un par de horas atrás, al momento en que el de tez tricolor se había ido a dormir.

En ese momento, se sentía efímero. Su cabeza había empezado a doler a sobremanera por el estrés, casi podía sentir su frente aumentar de temperatura; y el hecho de que su cuarto ardía en llamas pese al fresco clima de la noche no ayudaba en nada. Se acostó con la cabeza dándole vueltas, estresado por la situación.

De alguna manera, se sentía tranquilo. Demasiado a comparación de otros días.

Y es que estaba feliz de esas pocas conversaciones amenas que se habían desarrollado en el día entre el bullicio de reclamar por idioteces a los otros países, a sus hermanos. Empezaba a sentir que podía encajar entre ellos otra vez. Pero ese dolor que guardaba para si mismo en un rincón no le dejaba creerlo con total certeza.

Intentó dejar de pensar en ello, centrado en la idea de que debía dormir para descansar un poco de todo. Las estrellas a sus ojos volvieron a ser recordadas, evocando el recuerdo de la conversación que había tenido con Puerto Rico aquel día.

《Y pese a todo, se ven las estrellas》

Se preguntaba a qué se había referido el de franjas rojas en ese momento, cuando había soltado esa frase de la nada.

La mirada de dulzura que Puerto Rico le ofrecía, la sonrisa que perfilaba en labios ajenos, ese brillo especial que parecía emanar... El rostro del puertorriqueño en el momento fue recordado por su mente de forma involuntaria. Sintió sus mejillas arder, mientras se removía en la cama desordenando las sábanas y abrazando una almohada de manera involuntaria.

¿Por qué se comportaba así? Quizá se le habían metido hormigas en la cama, y ni cuenta se había dado.

Pensando cayó en brazos de Morfeo. Pero su sueño lo consumió totalmente, hasta el punto de que mientras encerrado en él se encontraba no había sentido los movimientos ni el ajetreo de la madrugada.

¿Qué había soñado...?

.

.

Sus ojos aguantaban lágrimas de temor.

一Mamá... Mami, dijiste que no me ibas a dejar solo 一murmuró, aguantando los sollozos一. ¿Dónde estás? Me has dejado con un señor que habla extraño, no me agrada, es muy estricto e intenta que hable en su idioma.

La puertecita del armario pequeño, en el cual se había ocultado como era costumbre ya, fue abierta por un niño que conocía bien. Se sobresaltó, asustado, pero al posar sus ojos en el contrario intentó parecer desinteresado; fingió enojo.

一Española, ¿estás bien?

El tono del contrario era compasivo... Todo él era compasivo.

一Te he dicho que no me llames así, Nueva España 一dijo, secándose las lágrimas con el dorso de la mano para salir lentamente一. ¿No teníamos que ir a cocin...?

一¡Nueva España, Hispaniola!

Un grito imponente rasgó la tranquilidad en la que se habían sumergido; era España.

Y tembló, porque había ignorado las responsabilidades que le habían impuesto. Tembló por el miedo que le empezaba a embargar, por el castigo que venía en camino junto a los pesados pasos del conquistador.

Supo que esa noche no iba a dormir bien.

.

.

Lo que había pasado previamente a su despertar ya es de su conocimiento, no es necesario revivir ese mal momento.

Se había quedado quiero y callado, pasando la mirada entre sus manos y el techo. En el silencio pensaba, repasando el recuerdo con cuidado.

一¿Estás bien?

La voz suave del puertorriqueño llegó a sus oídos.

El dominicano se había quedado viendo el techo demasiado tiempo. Empezaba a preocupar al boricua, quien quería abrazarlo para hacer que calmase sus ansías. Y cuando el tricolor volteó a verle y notó que los ojos ajenos estaban inundados en lágrimas, no pudo soportarlo más.

Se acercó y estrechó entre sus brazos al tricolor sellado con una bandera, mientras el otro soltaba en llanto.

Quisqueya's Feelings {E D I T A N D O}जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें