Capítulo 7 (Dos pequeñas galaxias)

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—Entonces... ¡Hikaru-san!

Evitando hacer una mueca de desagrado, la joven de cabellos negros, anteriormente mencionada, observó con cansancio a la morena de cabello rubio que tenía en frente de su escritorio. Esta demostraba una sonrisa radiante, la cual expresaba felicidad y emoción.

Aiura Mikoto no era una alumna como todas las demás, y ella misma se tomaba el trabajo de demostrarlo. Su increíble habilidad de ver el futuro a través de una bola de cristal había sido una bomba entre los alumnos de la academia. Ahora, la muchacha se paseaba entre los salones de absolutamente todos los cursos para relucir sus poderes psíquicos y ver el futuro de algunos alumnos.

Claro que muchos no se tragaban el cuento de que ella era vidente, habían unos cuantos que decían que Aiura se inventaba cualquier chorrada para ser popular y ganarle a Teruhashi. Y tenía bastante sentido, la mayoría de los alumnos en la academia eran inestables de mentalidad, por lo que sería fácil manipularles y meterles ideas en la cabeza.

Y aunque Hikaru era parte de ese porcentaje que no creía en esos supuestos poderes psíquicos, terminó siendo parte de su clientela gracias a Akane y Azumi.

"No es que niegue la existencia de los psíquicos, solo que no creo que una niña de dieciséis años vea el futuro en una maldita bola de cristal que sale 3 dólares en el supermercado de la esquina de mi casa." Pensó la azabache, apretando los labios.

—...¿Qué es lo quieres saber? —cuestionó la menor, mirando fijamente a los ojos avellana de su cliente.

—Mi padre mañana tiene un campamento con los niños del club en el que trabaja, y cree que va a llover. Dime si va haber un buen clima. —respondió la azabache, con simpleza.

La morocha asintió para después mirar su bola de cristal. Mientras tanto, un cierto chico de cabellos rosados observaba desde lejos.

—¡Hikaru! Eso es muy aburrido. ¡Pregúntale otra cosa! —reprochó Akane, mirando a su amiga con súplica.

—No tengo otra cosa mejor que preguntar. —replicó la mencionada alzando los hombros, restándole importancia al asunto.

—¡Bien! Será una noche maravillosa, un poco caluroso pero no habrá problema. ¡Incluso hasta hay una lluvia de estrellas! Y-... Oh... —la sonrisa que Mikoto había formado se desvaneció al segundo.

—¡Eso es genial! ¿Has oído, Hikaru-chan? —acotó Azumi, agitando suavemente los hombros de la nombrada, quien simplemente murmuró un "mmhm" como afirmación.

—¿Podemos saber el futuro amoroso de Hikaru? —preguntó de golpe Akane, con una sonrisa gigante.

"Sabía que iba hacerlo." La azabache puso los ojos en blanco.

—¡Oh! S-sí, claro... —Hikaru alzó una ceja al notar que la rubia se había puesto nerviosa—. Bueno, el amor está más cerca de lo que crees. Hay alguien con quien actualmente interactúas que caerá rendido por tu amor también.

Las últimas palabras de la supuesta vidente le llamaron la atención. Al principio pensó que se trataba de Kaido... es decir, él abiertamente expresaba su amor por ella. No obstante, que haya dicho "también" le preocupaba. ¿O sea que habrá otra persona interesada? ¿Quién podría ser? Y... ¿habrá sabido Aiura que Kaido...? Bueno, no se le hacía raro. Ambos estaban en la misma clase y Kaido casi que gritaba a los cuatro vientos que gustaba de ella.

—¡Que emoción! —chilló Akane, abrazando a la mayor—. ¡Mi mejor amiga caerá enamorada!

—Sin embargo... —continuó la vidente, impidiendo que los demás sigan festejando la noticia—. También veo un corazón roto...

Con sabor a azúcar. Where stories live. Discover now