Capítulo 16 (El peor enemigo de un psíquico)

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Saiki simplemente no podía dormir.

Eso le preocupaba. En toda su corta vida, jamás había tenido insomnio. Sin embargo, por más que tratase de negarlo, él sabía perfectamente el por qué no podía conciliar su sueño.

Y la razón de su insomnio tenía nombre y apellido, cabello largo y negro, ojos cafés, un carácter de mierda... ugh.

Esto no puede estar pasándome.

¡Vaya! Pero sí estaba pasando.

Kusuo aún podía recordar ese momento como si estuviese viviéndolo ahora mismo: su cuerpo contra el de ella brindándole calidad y cariño, su mano deslizándose por su sedoso y largo cabello el cual se escurría entre sus dedos dejando una suave caricia en sus yemas, y su olor...

Oh, jodida sea Hikaru y su adictivo olor. Porque por más que hubiesen pasado días desde que lo aspiró, aún podía sentirlo por todas partes. Lo seguía y lo torturaba cada segundo de su mísera existencia, le recordaba lo bien que había sido sentirla cerca de él. Su corazón palpitaba contra su pecho lleno de adrenalina, y sus más profundos deseos encarnaban ferozmente hacia el exterior, pidiéndole a gritos verla una vez más.

Kusuo suspiró frustrado. ¿Qué es lo que debería hacer ahora?

Por supuesto que la vía más fácil para salir de toda aquella vergonzosa situación era reprimir sus sentimientos hasta que desaparezcan como polvo en tormenta. No obstante, Saiki era muchísimo más inteligente que eso y sabía (por mediante de experiencias vistas... bueno, en realidad lo había visto en las telenovelas mexicanas que solía ver su madre en su tiempo libre) que, si lo hacía, lo único que lograría era que sus sentimientos y deseos se incrementaran y se volvieran mucho más fuertes e incapaces de controlar. Así que esconder sus sentimientos no era una opción.

Como te detesto, Hikaru.

Pero no, no lo hacía.

Saiki internamente se repetía mil veces que no estaba enamorado. Y tal vez tenía razón, después de todo, una persona no podía enamorarse así de rápido. Pero el psíquico era consciente de que solo bastaban unos días-o capítulos-para que realmente empezara saborear todo aquello que uno siente cuando está enamorado.

¿Eso significa que empezaré a divagar y ver corazones cada vez que ella me hable? Tonterías. Solo es un gusto pasajero, estoy seguro que en unos días me reiré por la estupidez que sentí y pensé.

El joven intentó relajar su cuerpo y cerró los ojos, inhalando y exhalando un par de veces esperando poder conciliar el sueño. Una pequeña sonrisa de alivio apareció en sus labios cuando finalmente sintió que se entregaba al sueño.

Mañana será un largo día...

***

—¡Hikaru! ¡Rápido! ¡Que se te hace tarde!

—Ya voy...

La joven se despertó con una extraña sensación de molestia en el pecho. No tenía ganas de salir, solo quería quedarse bajo las sábanas, comer helado y ver esas películas de horror baratas para subirse el ánimo.

"Como no mejore mi ánimo en las próximas horas, asesinaré a alguien." Pensó, mientras se acomodaba la falda del uniforme escolar. "Hoy es tu día de suerte, Kaido, porque me quedaré pegada a ti como si fuese una garrapata."

Fue una suerte para ella encontrarse al característico trío de amigos durante el trayecto hacia la academia. Porque apenas los vio, se posicionó en medio de Nendo y Kaido.

"Parece que Nishimura-san está de buen humor hoy." Pensó Kaido, felicitándole a continuación por su éxito en el festival (por tercera vez).

"¿Por qué Saiki no me mira?" Hikaru le dio una pequeña mirada sobre el hombro al mencionado. "Meh, debe estar de malhumor. Te entiendo, bro."

Con sabor a azúcar. Where stories live. Discover now