Capítulo 17

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¡Hey! ¿Pensaron que me había muerto, verdad?...pues no. Aquí estoy; regalandoles otra parte de mi historia. Perdón si me tarde mucho tiempo, es que tengo un chingo de historias que empiezan después de ésta. Porque adivinen que...si, ya voy a dar esta historia por terminada dentro de muy poco. Así que ya no me tardaré mucho en actualizar para que no se pierdan nada.

...Disfruten

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Estaba perdida en algún punto fijo de la fría pared; creyendo que debió haber olvidado algo en la antigua alcoba del colegio. No sabía como sentirse, pronto se iría de aquel lugar y ningún sentimiento de añoranza o siquiera de alegría se asomaban en su rostro. ¿Estaría haciendo lo correcto?, quiero decir, no se sentía segura de como la iban a recibir en aquel castillo. Desde el día en que se fue; su familia y su padre estuvieron distanciados casi todo el tiempo.

Hasta podría jurar que un día escuchó hablar a España diciéndole a sus hermanos que no podían decir nada de lo que...¿Había pasado?. Negó, negó muchas veces, pero apenas veía la carreta recogiendo todas sus maletas le recordaba aquellos últimos momentos en el castillo.

Todos...hasta su padre tenían expresiones que ocultaban pecados o secretos cuando se fue, Pero ella seguía estando segura de que no había pasado nada cuando estaba en su hogar, entonces, ¿Porque se sentía tan vacía?. Algo le faltaba, y no eran cosas...eran recuerdos. Solo tenía presente el día que se fue y unas cinco noches antes. En la que estaba tirada en las escaleras de mármol, con un fuerte dolor de cabeza; a los pies de su padre...

-¿Señorita México?- una voz gruesa la interrumpió de sus pocos recuerdos desde la puerta de la pequeña sala.

Era la madre Grielda, esa señora con cara de cascarrabias que hay en todo convento o reformatorio. Esa voz que parece de hombre en vez de una viejecita dedicada toda su vida a repetir el padre nuestro cien veces al día.

Que maldita flojera...

-Ya es hora de irse...- invitó a México a pararse del suelo y a dirigirse con ella a la salida.

La luna estaba en el cielo, a pesar de no ser de noche. Esta seguía ahí; acompañándola como si fuera su guía...y su reloj. Caminaba con la madre Grielda de su lado, escoltandola y repitiendole muchas veces lo que tiene que hacer cuando llegue a su castillo...

-Recuerda, México. Tú padre estará muy alegre de verte...por favor no vallas a hacer ninguna travesura. La última vez que lo hiciste no fue nada bonito- cientos, miles de veces escuchando su irritadora voz.

-¿Porqué dice eso?, yo siempre me he portado bien- dibujo una sonrisa en su rostro y se la dedicó a la dueña del colegio...

-Si tan solo lo supieras- La vieja de capa negra suspiró y vio a los ojos a la hermosa mujer que tenía en frente.
-¿Saber que?- borró su sonrisa y miró extrañada a la Señora Grielda.

-Nada querida. Nada- dicho esto la tomo del brazo y justo en medio del arco en la salida: le colocó su regazo.

Una hermosa y fascinante capa negra de encajes plateados. Verdaderamente increíble de como las tejedoras del lugar hacían libros en forma de ropa: incluso México llegó a añorar su pasado cuando pintaba las paredes con bellos murales.

-Joder, que se nos hace tarde para la llegada con el Rey- ¡Hey!, ahí estaba su buen amigo Omar, abriéndole las puertas de la gran carreta para que entrara. -Tía, ¿Es que no quieres llegar?...te veo relajada "tragando moscas" como dirías tú- tendió su mano y ayudó a subir a la princesa.

-Cuidense mucho por favor...el camino va a ser un poco largo- la señora Grielda a pesar de ser estricta y muy mandona amaba a esa niña...que ya no era necesario llamarla así pues en tres lunas va a cumplir los 20. 7 días antes de que Argentina y ¿Rusia?...Sí así se llamaba, ya no recordaba bien su nombre: recibieran la Corona.

Odiaba tener esa memoria a tan largo plazo; ella era perfecta para recordar, ¿Como es que ahora ya nada de lo que ve se le hace familiar?. Desde que despertó aquella noche, maldita sea, parece que desapareció una década completa. No reconoce el mural que está en la cúpula.

Su padre dice que lo pintó ella.

No sabe como llegaron miles de marcas en su cuerpo...

Sus hermanos dicen que se calló de un árbol.

¿Y porque ya no puede convertirse en águila como cuando era niña?...

Venezuela era el único que se dignaba a darle explicaciones; pero eran viejas leyendas y que su casta no aparecía porque perdió más que su memoria. Algo más valioso...que ella no lo podría entender.

La trataban como niña ingenua cuando ya no era una. La llenaban de mentiras.

-¡La extrañaré señorita Grielda!, ¡A ti también Omar!, a todos...- la muchacha se iba despidiendo de aquellos dos, mientras la carreta emprendió el viaje a Oriente.

La distancia hizo que las manos de Grielda y Omar ya no se visualizaran bien y quedaran como dos manchitas en la nada, a lo que México se rindió y despidió su alma por última vez al colegio que la acogió casi por mil lunas.

Hecho un último vistazo; y concluyó que ya estaban saliendo de zona. Tal vez un par de horas antes de llegar, sería bueno leer y tomarte un tiempo para pensar en cómo chingados le vas a hacer para encajar en tu familia.

-Disculpa...- ahí va...

-Señorita México. El chófer a sus órdenes -

Una de las cosas que odiaba aquella dama; era quedarse callada. Los libros le brindaban un poco de interés pero no tanto como el que generan las palabras en los labios. Quería conocer, analizar, comprender.

-¿Que hay de nuevo en el reino?, tú que ya has ido para allá muchas veces- pregunto sin temor a ser rechazada, total era alguien de la realeza y merece ser escuchada.

-Uy mi patrona...si le contara. Se abrieron las puertas con la corona de Occidente hace tres años: justo después de que usted ingresara al reformatorio- ¿De tanto se había perdido?.

-¿Y eso?, ¿No que se agarraban de las greñas y después se tiraban los dientes?- ambos; tanto el chófer como la princesa rieron juntos. Era impresionante la manera en la que se desenvolvía la mexicana.

-Pus' si princesa...pero ya ve ¿No?. Que según "Ya urge linaje" dicen las malas lenguas. Además, yo lo veo bien; el príncipe Rusia es muy buen candidato a la corona occidental. Además...se encuentra allá en este mismo instan- fue interrumpido.

-¿Disculpa?, ¿Rusia?, había escuchado su nombre en el reformatorio pero fue algo fugaz. Dime...¿Quien es él?- México se acercó más a la ventanilla de la carreta y puso completa atención a lo que el señor le iba a decir.

-Pues...es el heredero del Reino de occidente princesa. Él está aquí porque tiene una cruzada de diez, días. Antes de su gran coronación- concluyó el joven.

-¿Cruzada?....-

Contempló por un minuto su libro; este tenía dos enormes alas de portada y una silueta de Ángel que no se lograba distinguir. Por primera vez algo se le hacía familiar....-¿Cruzada de que?-
































































-No sé, princesa-

𝕵𝖚𝖌𝖆𝖗𝖊𝖒𝖔𝖘 𝖊𝖓 𝖊𝖑 𝖇𝖔𝖘𝖖𝖚𝖊 ||  [✔COMPLETA✔]Where stories live. Discover now