°•Capítulo 19•°

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Narra Madison

Mi mente me consume poco a poco, miro a James el cual conduce demasiado rápido. El motor del coche suena mucho, las ventanillas, a pesar de ser invierno, están totalmente bajadas. Tengo demasiado frío y no puedo hablar, tengo miedo a la respuesta.

—¿Tienes frío?  —Me pregunta.

Asiento rápidamente y el chico no duda en cerrar todas las ventanillas y encender la calefacción. Sigo en silencio estoy algo enfadada por sus malditas contestaciones.
La radio está apagada y el chico para justamente delante de la fraternidad.

El coche de Gabriel está aparcado delante y no dudo en mirar hacia la fraternidad.

—Gracias —Me limito a contestar saliendo del coche.

No escucho ninguna respuesta así que decido seguir caminando hacia la fraternidad.
Llamo al timbre y me volteo para ver a James el cual había salido del coche y se encontraba apoyado en este de brazos cruzados.

Hope me abre la puerta y mira a James.

—Entra —Me dice la chica sin dejar de mirar a James.

Camino hacia el interior y todos se encuentran en el salón cenando.
Gabriel se separa de Lydia la cual le enseñaba algo en el móvil y se acerca a mí.

—¿Dónde estabas? —Me pregunta preocupado.
—Intentando recordar —Danna baja las escaleras y me mira.
—¿Te vienes? —Me dice la chica.
—¿A dónde? —Le pregunto.
—¡No! —Dice Gabriel.
—Joder Madi ¿No te ha quedado claro lo que te dijo tu madre? —Lo miro dolorida pensando en las palabras de mi madre.
—Te odio, no sabes cuánto —Le gruñe a Gabriel y camina hacia la puerta de la fraternidad.
—Vámonos a casa —Me obliga el chico.
—¡No! —Le digo enfadada.

Gabriel se queda en silencio al igual que todas las chicas las cuales se giran para mirarme.

—No voy a cumplir órdenes de nadie, no te conozco —Le digo demasiado furiosa.

Danna suelta una carcajada y mira a Gabriel.

—Madi se que no recuerdas nada pero tienes que confiar en mí —Danna se pone a mi lado.
—¿Confiar en tí? Ni se te ocurra Madi —Miro a Danna enfadada.

Me estoy liando demasiado, no sé si puedo confiar en alguien de esta maldita fraternidad, pero no me queda otra que dejar que el tiempo haga su efecto.

—Pasaré unos días en un hotel —Le digo a Gabriel.
—Cuando sepa que hacer volveré a tu casa pero no estoy cómoda —Gabriel niega.
—No pienso dejarte sola —Me encojo de hombros.
—No eres mi madre —Le digo con voz ronca.
—Haré lo que yo tenga que hacer —Gabriel se queda en silencio mientras me observa.

Tiene miedo, siento la tensión que todos siente. Se que todos saben lo que pasó aquel día y precisamente por eso me hace dejar de confiar en cada una de estas personas.

—Iré a tu casa mañana a por algunas de mis cosas —Gabriel asiente.
—Vale, espero que vuelvas pronto —Yo asiento.
—Y yo espero que me contéis la verdad pronto —Todos me miran impresionados.

Camino hacia la puerta y salgo de allí. Puedo ver como James sigue apoyado en el coche mirándome. Paso de él y continuo caminando por la calle.

—¿A dónde vas? —Me volteo para mirarlo.
—Voy a un hotel —James asiente y sigue mirándome.
—¿Te llevo? —Me pregunta y niego.
—No importa, iré en autobús —Camino de nuevo dándole la espalda.
—A estas horas no hay autobuses —Me dice.
—Pues iré andando James, tengo piernas —Levanto la voz enfadada.
—Está bien, si te cansas o te pierdes llámame —No le contesto y aprieto los puños enfadada.

Continuo caminando por aquellas calles oscuras, hay varias fiestas en las fraternidades vecinas y puedo ver como Drake y Colton se encuentran en el jardín de una de ellas haciendo una batalla de quién bebe más alcohol. Toda la gente está a su alrededor y gritan sus nombres. Parece que se lo están pasando genial.

También puedo ver como una chica de ojos azules se acerca a mí con una sonrisa.

—¡Madi! —No se quién es pero me suena demasiado su cara.
—Hola —Le digo extrañada.
—Soy Anna —Me dice con una sonrisa pero no recuerdo quién es.
—Soy enfermera en el hospital y todo este tiempo te he estado cambiando los medicamentos —Asiento con una sonrisa.
—Muchas gracias —Le digo viendo cómo la chica mira hacia la casa.
—¿Por qué no entras? —Niego rápidamente.
—No gracias ¿Sabes si hay algún hotel cercano? —Anna piensa unos segundos.
—Creo que está a unas calles cerca de aquí —La chica señala recto.
—Giras a la derecha y todo recto, se llama Hotel Ámbar —Colton gana la batalla de beber más rápido y todos empiezan a gritar y a celebrarlo.
—Muchas gracias Anna, que lo pases bien en la fiesta —La chica me da un abrazo.
—Gracias, adiós —Sigo mi camino y dejo atrás aquella casa destrozada y completamente llena de gente.

Me duele el recordar que en un punto de mi vida yo era la chica que iba a fiestas y bebía hasta perder la razón.
Camino un poco desorientada pero no me queda otra, Gabriel podía haberme llevado al hotel pero se que me haría cambiar de idea y volvería de nuevo a su casa. James sin embargo me hubiese dado más ganas de llegar al hotel ya que seguramente diría alguno de sus comentarios sarcásticos y dolorosos.

Mi móvil empieza a sonar y puedo ver como es mi madre.

—Hola mamá —Le digo calmada.
—¡¿Cómo que te vas a un hotel pudiendo ir a casa de Gabriel?! —Me grita.
—¡Mamá no quiero dormir en su casa me siento incómoda! —Le grito.
—No es un extraño Madison es tu maldito novio —Me grita aún más.
—Haré lo que yo vea y pienso irme a un hotel —Mis ojos se cristalizan.
—¡No pienso pagar un hotel porque tú quieras! —Me grita enfadada..
—¿Creés que te lo voy a pagar? Vuelve a casa de Gabriel ahora mismo —Mis lágrimas se deslizan por mis mejillas.
—¡No! —Niego con la cabeza varias veces.
—¡Madison! —Me grita.

Cuelgo el teléfono y mi llanto aumenta. Empezaré dentro de unos días la universidad y no tengo ningún sitio donde poder alojarme ni estudiar.
Mi madre tiene razón, Gabriel en un momento de mi vida fue supuestamente muy importante para mí, seguramente lo quise mucho pero ahora soy otra Madison.

Esto es el maldito infiero.

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Peligrosamente Inevitable® ✓ (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora