°•Capítulo 36•°

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Narra James:

Siento que desde que he llegado a este apartamento mi pulso se ha disparado, es inevitable no querer besar aquellos dulces labios, pero me resisto demasiado.
Madi me había pedido ir a por sus maletas al coche mientras ella se daba un baño, así que cogí las llaves y salí del apartamento.

La nieve estaba cubriendo gran parte del coche el cual necesitaría un gran cubo de agua caliente cuando vayamos a usarlo. Puedo ver como uno de los coches aparca junto al mío, mientras saco las maletas no puedo evitar mirar como una chica de pelo rojo y gorro amarillo sale del coche mirándome demasiado enfadada.
Cierro el maletero bruscamente al ver a Gabriel caminar hacia el portal junto a Lydia.

Camino hacia el portal del edificio y puedo ver como Gabriel y Lydia están mirando las cartas del buzón.

—¿Qué demonios hace ese gilipollas aquí? —Oigo decir a Lydia al entrar al portal.
—La única gilipollas eres tú —Lydia se voltea enfada al igual que Gabriel.
—No queremos problemas, lo de Madison está solucionado —Explica Gabriel y no puedo evitar apretar la mandíbula.
—Era de esperar que vivieseis juntos —Dice Lydia rodando los ojos.
—Pero no le pienso contar nada a su madre —Dice Gabriel, decido caminar hacia el ascensor y le doy enfadado al botón.
—Eso espero, o si no todo este edificio estarán en llamas y los dos estaréis dentro —Gabriel y Lydia tragan saliva y el ascensor se abre lentamente.

Gabriel cierra el buzón y camina hacia el ascensor para subirse.

—Aquí no —Pongo las maletas para que no puedan pasar y le doy al botón para que suba a la última planta.
—Que simpático nuestro nuevo vecino —Dice Lydia mientras se cierra el ascensor.

La miro con una gran mueca sarcástica y una vez que se cierra el ascensor respiro hondo enfadado. Sé que esto no va a salir bien, sé que en cuestión de días se presentará la señora Hart para joderme la vida otra vez.

Salgo del ascensor cabreado y saco las llaves del bolsillo para abrir la puerta, introduzco la llave y entro al apartamento. Hacía un poco de frío así que decidí poner la calefacción para así no pasar ninguno de los dos frío.
Llevo las maletas hasta la habitación, puedo oír como Madi ha terminado de ducharse, ya que no se oye el agua caer.

—Aquí están tus maletas —Le digo después de dar dos pequeños toques a la puerta.
—¡Gracias! —Dice desde dentro.

Camino hacia el salón, aún no había televisión solo había un sofá y una pequeña mesa al igual que una planta de plástico en el fondo de la sala. Me siento en el sofá y decido encender mi móvil para ver lo que están haciendo Drake, Colton y Dan.

—Qué pasa... —Me dice Dan con un tono vacilón.
—¿Qué hacéis? —Le pregunto mientras pongo los pies encima de la mesa.
—Hemos ido a comer a un italiano, Drake ha derramado su vaso de agua y hemos tenido que esperar dos horas más para que nos pongan otra pizza, estaba todo repleto de gente —No puedo evitar soltar una sonrisa.
—¡Eso es mentira! —Oigo decir a Drake.
—¡Lo ha tirado Colton porque se aburría de estar sin pareja! —Grita molesto.
—¡Qué mentiroso! —Grita Colton.
—Yo no estoy solo —Dan vuelve a coger el móvil mientras ellos se pelean por detrás.
—En fin, así llevan toda la mañana ¿Cómo vas tú? —Me pregunta.
—Bien —Oigo los pasos de Madi y no puedo evitar voltearme.

La chica va vestida con una gran sudadera la cual le queda demasiado grande pero está demasiado adorable, no puedo evitar mirarla con demasiada dulzura y quedarme totalmente hipnotizado.

—¡¿James?! —Dice Dan.
—¡James! —Vuelve a decir.
—Te llamo luego —Le digo mientras cuelgo el móvil.
—Pues la cocina está muy bien —Dice la chica saliendo de la cocina.

Peligrosamente Inevitable® ✓ (2)Where stories live. Discover now