°•Capítulo 31•° (maratón 3/3)

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Narra Madi:

Hoy era la cena de navidad y nada más levantarme mi hermana me estaba esperando para empezar a hacer nuestras deliciosas galletas. Es como una pequeña tradición entre nosotras, desde siempre hemos estado demasiado juntas pero estás fechas se me hacen más llevaderas gracias a mi hermana.

— Harina, huevos... —Repasa mi hermana la lista para hacer las galletas.
—Lo tenemos todo ¿No? —Le pregunto mientras cojo los huevos de la nevera.
—Si —Dice la chica cogiendo varios platos.

Es cierto que la cocina después de esto se convierte en un auténtico desastre pero merece la pena la diversión.

—Luego me recogéis la cocina —Dice mi madre mientras coge un vaso de agua.
—Si mamá —Responde Alisson mientras rueda los ojos.

Empezamos a hacer la masa y ya de primeras, toda la encimera se llena de harina y azúcar. Alisson mezcla los ingredientes haciendo así una masa de color beige.
Mientras Alisson prepara la masa yo decido decorarlas con lacasitos.

—Esta vez nos están quedado mejor —Dice mi hermana mientras hace las formas de las galletas tan peculiares navideñas.
—Tienen muy buen aspecto —Le digo mientras las decoro.

Mi hermana se queda en silencio mientras me ayuda a decorar las galletas.

—¿Cómo vas? —La miro extrañada.
—¿Cómo voy? —Le pregunto con una sonrisa.
—Con las chicas de la fraternidad, Sam, James... —Musita cuando dice James.

Me quedo en silencio mientras decoro las galletas, no me gusta hablar de ese tema aquí, sé que puede que no esté escuchando mi madre y no me gustaría estropear mucho más estas fiestas.

—Bien, son todos muy simpáticos conmigo —Trago saliva y me pongo seria.
—Me alegro —Responde algo cortante.

Alisson comienza a meter las galletas en el horno y yo termino de decorar las últimas galletas. Por suerte o por desgracia echamos mucha más cantidad de la que venía en la receta, por lo cual salieron muchísimas galletas.

—Me llevaré algunas a la residencia —Le digo mientras limpio la encimera de la cocina.
—Seguro que salen muy buenas —Chocamos los cinco con un par de carcajadas.

El olor a galletas inunda toda la cocina mientras Alisson y yo la recogemos. Cuando estoy con Alisson realmente me siento en casa, realmente paso unas buenas vacaciones navideñas.

Después de un par de minutos en el horno las galletas ya están listas. Al abrir el horno el calor sale disparado hacia nuestras caras haciéndolos retroceder un poco para evitar quemarnoslas.
El olor a galletas se acentúa mucho más por toda la cocina al igual que en la casa.
Dejamos las galletas en una bandeja para que pudiesen enfriarse y coger aquel sabor tan delicioso.
Alisson no se puede resistir, ya que es inevitable no poder comerse una de estas deliciosas galletas.

—Dios mío... —Suelta Alisson al darle el primer mordisco.

La chica pone los ojos en blanco mientras mastica. Su cara de placer me hace robarle la galleta y darle un buen mordisco. El sabor del chocolate de las decoraciones con la galleta hacen que mi interior se derrita y mi estómago pida más. Le hago las últimas decoraciones, pongo glaseado de colores los cuales combinan muy bien con los Lacasitos que se habían derretido en el horno.

—Listo —Le digo a mi hermana.
—Voy a hacer la comida, dejad de comer galletas —Dice mi madre mientras entra a la cocina.
—Perdón —Farfulla mi hermana con la boca llena.

Salimos rápidamente de allí pero no sin antes robar alguna que otra galleta para poder callar nuestras tripas. La mañana se me hace demasiado entretenida al igual que corta, al entrar en el salón puedo ver el enorme árbol de Navidad, las decoraciones juegan con la gama de colores del salón y lo hace mucho más bonito de lo que ya es.
Mi madre siempre ha tenido muy buen gusto decorando la casa, ya que los colores son relajantes y modernos.

Peligrosamente Inevitable® ✓ (2)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant