°•Capítulo 25•°

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Narra Madison:

Al llegar a la habitación de James me dispongo abrir la maleta para poder cambiarme. Por suerte cuando llegué a la universidad metí algunos pantalones deportivos al igual que camisetas, sabía que no las iba a usar pero siempre las tenía para alguna emergencia.

Camino hacia el baño y rápidamente me cambio de ropa. Salgo del baño para poder coger mi bolsa de aseo y James me mira desde la cama como salgo y entro del baño algo agobiada.
Se me hace extraño estar con un chico en una habitación pero con James es totalmente diferente. Es cierto que aún no he decidido si vivir aquí pero necesito tiempo para saber qué hacer. James parece encantado de que esté aquí por lo cual me hace estar mucho más cómoda.

Entro al baño y me hago una coleta alta, más tarde me lavo la cara al igual que los dientes y recojo todo rápidamente.

Vuelvo a meter las cosas en la maleta y decido coger la ropa que me había puesto antes y dejarla doblada encima de mi cama, me gustaría llevarlas cuando pueda a la lavandería.

Cojo mi mochila y me pongo uno de los chaquetones más gordos que tenía, hacía bastante frío y solo faltaban una semana para Navidad y eso significa que después de esta festividad volveré a la universidad y a poder retomar mis exámenes.

James me observa mientras estoy sumergida en mis pensamientos, mientras guardo de nuevo las cosas en mi maleta.

—Listo —Musito.
—Volveré después de comer —James asiente.

Vuelvo a mirar todas las maletas para ver si no me falta nada. Reviso de nuevo mi lista mental de todas las cosas que tengo que tener en la mochila las cuales ninguna me falta.

—Pásalo bien haciendo Yoga —Resopla en forma de burla.

Ruedo los ojos mientras camino hacia la puerta y no puedo evitar voltearme.

—Pásalo bien bebiendo solo —James me guiña el ojo con una mueca y no puedo evitar negar con una sonrisa.

Al cerrar la puerta respiro hondo y camino por el pasillo. Aún estoy algo triste por lo que ha pasado con Gabriel pero no me queda otra que pasar página, tan solo era un chico, muchas chicas salen y cortan con chicos y están totalmente perfectas, no tengo porqué deprimirme.
Una parte de mí está triste por saber cómo se lo hubiese tomado la Madison del pasado. Seguramente igual que ahora, ya que soy demasiado independiente y no necesito la compañía de Gabriel para poder seguir adelante con mi vida.

Estar sumergida en mis pensamientos muchas veces me sorprende, ya que aunque la cafetería de la universidad está cerca del campus no he estado pendiente del camino.
Al abrir la puerta de la cafetería mi hermana se encuentra tomando un café, la chica me saluda con la mano y no puedo evitar caminar hacia ella con una mueca.

—Hola cariño —Se levanta rápidamente para abrazarme.
—Hola —Le digo mientras la abrazo.
—¿Cómo estás? —Me pregunta con una mueca.

Me encojo de hombros mientras me siento y la chica me mira extrañada. Tiene los ojos llorosos al igual que sus mejillas rojas pero las intenta tapar con maquillaje.

—¿Cómo estás tú? —Le esquivo su pregunta.

La chica traga saliva al igual que yo, un silencio aparece pero siento como los recuerdos me hacen delirar.

FLASBACK:

—¡Gabriel! —Grita mi madre al abrir la puerta mientras le da un fuerte abrazo.
—Hola señora Hart —Dice sin respiración
—Mama cuidado —Le digo.
—Tú no has cambiado... —Rueda los ojos y me da un frío abrazo.

Peligrosamente Inevitable® ✓ (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora