CAP. 4 (parte 2)

338 29 1
                                    

KARA: -Se dirigió a L-Corp en cuanto pudo y, como siempre, se detuvo en la terraza del despacho de Lena. Tenía la puerta de cristal cerrada, seguramente por seguridad, así que decidió llamarla. No podía verla desde fuera y prefería obtener su confirmación expresa antes que utilizar su visión de rayos x para detectarla nada más llegar; era una forma de respetar su intimidad-. ¿Lena? ¿Estás ahí?

LENA: -El laboratorio estaba más frío que de costumbre. Lena se había pasado gran parte de la mañana intentando indagar en las compras de los inductores de imágenes, tal y como le propuso Kara, pero ahora estaba dedicando las últimas horas de la noche a volver a revisar los activos de la fórmula. Tampoco podía olvidarse por completo de ese tema cuando la amenaza era real y más importante que su desprestigio en una revista de poca monta; al fin y al cabo, se trataba de un compromiso importante con el DEO y con el mundo. Justo cuando reparó en que necesitaba cierta información encriptada en sus discos duros, cayó en la cuenta de que habría sido más fácil trabajar con su portátil allí abajo, así que terminó usando el ascensor para subir hacia el despacho. Probablemente pasaría una noche en vela más, pero tampoco le importaba dada la situación. Tenía cosas más importantes que hacer como para dormir-.

KARA: -Parecía no haber nadie en el despacho, pero aun así, decidió esperar. Ahora, segura de que la estancia estaba vacía, se inclinó un poco sobre el marco de la puerta de la terraza y observó el interior: el sofá y el escritorio donde hicieron el amor por primera vez. En realidad, aquello fue un desliz sexual más que amoroso, pero Kara no podía evitar recordarlo con cariño. Una sonrisa de idiota se apoderó de su semblante mientras apartaba la vista para mirarse las uñas y jugueteaba con sus dedos, recordando cada momento con Lena mientras esperaba por ella. Tenía ganas de verla. Había pasado una semana desde su último encuentro como amantes y sabía perfectamente que la morena estaba afectada por el asunto de la revista. Era curioso. Realmente, ella misma la había visto por la mañana, pero Lena había pasado muchos más días sin verla teniendo en cuenta el desconocimiento de su verdadera identidad. Necesitaba abrazarla y darle su apoyo puesto que, siendo Kara, no se podía acercar a más de dos metros y menos ahora, después de lo de la exclusiva. Sintió que el estómago le daba un vuelco al pensar en cómo todo parecía estar cambiando: Lena había empezado a acercarse más a Supergirl que a Kara y, para colmo, los últimos acontecimientos estaban distanciando más a la joven CEO de su identidad humana, de Kara Danvers. Sin embargo, y a pesar de todo, la rubia no podía evitar seguir usando su faceta kryptoniana, su careta de superheroína, para poder sentir a Lena cerca de nuevo, más allá de la amistad-.

LENA: -Una vez el ascensor alcanzó la planta de su oficina, las compuertas se separaron y Lena atravesó el pasillo mirando hacia todos lados. No podía evitar tener más cautela de la habitual incluso en su propio edificio. Confiaba plenamente en la alta seguridad que había incorporado ella misma, pero se sentía inevitablemente observada después de lo sucedido con la exclusiva. Sabía de sobra que era imposible que alguien más rondase por allí, pero, simplemente, era humana y podía sufrir cierto temor en algunos momentos clave de su vida por muy fuerte e infranqueable que pareciese su coraza de seriedad y firmeza. Desactivó la cerradura que clausuraba su despacho utilizando tanto la contraseña digital como el reconocimiento de córnea y voz. Toda precaución era poca. Segundos después, la puerta se estaba abriendo para ella y se cerró tras de sí casi de inmediato, sin ofrecer cabida a cualquier otro ente que pudiese seguirla en ese mismo instante. No tuvo tiempo siquiera de encender todas las luces cuando la vaga presencia de una sombría silueta en la terraza la sobresaltó-.

KARA: -La rubia se apegó a los cristales nada más escuchar los pasos de Lena acercándose. Los reconocía al vuelo, así que no le hizo falta asegurarse de que era ella para saludarla desde fuera todavía con la sonrisa de idiota de antes y una expresión excesivamente relajada para el encuentro que estaban a punto de vivir-. ¡Ábreme!

Como el sol  [Supercorp / Karlena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora