Arco dos: Un idol loto negro

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Capítulo once.

Nt: Chequen notas finales, y comenten.

Hui Ying despertó en un lugar que parecía una enorme galaxia, los colores intensos cegaban a Hui Ying, haciéndolo incapaz de verlos por más de un segundo.

Se despertó tirado frente a una puerta que decía "Hui Ying" con oro y plata. La puerta parecía ser de un material desconocido para Hui Ying, a su lado, escuchó una ligera respiración, era de un adulto que rondaba los 25 años, de cabello rojo, moreno como el trigo.

Esa persona iba vestida de un traje de color gris, y era muy atractivo, Hui Ying, por instinto, abrió la puerta del lugar con su nombre, y arrastró a ese hombre al interior.

Ahí, ¡el lugar parecía la casa de sus sueños! Una casa moderna y llena de tecnología, limpia, y ordenada, que contaba con un dulce aroma a frutos rojos.

Hui Ying cerró la puerta, y acostó a el hombre en el sofá-cama de la sala, cansado, Hui Ying se tiró en el suelo jadeando, cerró sus ojos que se nublaron con lágrimas, y lloró silenciosamente.

"Yang Min... Yo no quería irme, no quería dejarte..."

Por los sucesos repentinos, Hui Ying no pudo llorar y estar de duelo apenas despertó, pero con su seguridad asegurada, su corazón explotó con sus emociones conflictivas.

El hombre desconocido se levantó, miró alrededor, y reconoció el lugar.

La casa tenía únicamente el color blanco, y azul marino, el piso era de madera, y estaba bien conservado. La casa no tenía ventanas, y la razón para ese hombre era obvia, era un lugar hecho para que el alma de Hui Ying descansara entre tarea y tarea, y su alma fuera recuperándose gradualmente.

El hombre escuchó la respiración errática de Hui Ying, y se asomó para verlo con curiosidad con su par de ojos durazno parpadeando por la confusión.

Se sorprendió al ver al menor con lágrimas deslizándose por sus mejillas mientras dormía.

El hombre supo porqué Hui Ying lloraba, y sólo pudo negar con la cabeza. Se levantó, y buscó entre la cocina de la casa, esa cocina estaba llena de materiales de respostería en especial, e ingredientes de todo tipo. El hombre lo supuso, la casa fue creada a partir de lo que le gustaba a Hui Ying, y lo que él deseaba. Hui Ying conservó la apariencia con la que llegó en el tiempo imperial, con la única diferencia de que tenía el cabello corto. De ahí en adelante, se veía igual que cuando tenía 14 años.

El hombre preparó unos waffles para Hui Ying, a los cuales les puso crema batida, y un poco de chocolate a un lado del plato para que Hui Ying comiera a gusto.

Esa persona desconocida también preparó un licuado de plátano y avena para que Hui Ying bebiera, al terminar, puso todo en el centro de la mesa, y pasó un tenedor y cuchillo pequeño para que Ying Ying comiera los waffles.

Temeroso, se acercó a Hui Ying, y lo levantó con una dulce voz.

—Anfitrión, anfitrión, por favor, despierte.

Esa voz parecía ser tan conocida para Hui Ying, pero muy diferente, por lo cuál, pese a todo, Hui Ying respondió a su llamado, y contestó.


—Xiao Xiao, ¿puedes dejar de romperme las bolas cinco... minutos? —Hui Ying miró atónito al atractivo hombre que sonreía con vergüenza.

—Lo siento. El amo parecía sentirse mal, así que preparé algo para subirle los ánimos. —Hui Ying quedó en blanco unos segundos antes de asentir tontamente, y pararse con ayuda de su Sistema.

El Sistema De Reencarnación PerpetuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora