CAPITULO 4

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Apenas lo veo mil cosas vienen a mi cabeza no entiendo porque me mandó a secuestrar, que le hice, solo nos hemos visto una vez en toda la vida por que hizo esto, que ha pasado, ¿estará loco tal vez y no me he dado cuenta?

-Eres tú -Le digo sorprendida.

-Buenas noches, preciosa ¿te ha gustado la habitación?

-¿Por qué hiciste esto? ¿Que te sucede?

-Son preguntas que por el momento no tienen respuesta. Pero poco a poco comprenderás todo linda.

-No, quiero saber porque nos causas este sufrimiento, mis padres deben estar desesperados sin saber dónde estoy.

- Preciosa por el momento deja de hacer preguntas y no habrá problemas ¿si?

-Quiero irme -Digo y camino hacia él y de un momento a otro le comienzo a dar golpes en el pecho, pero es inútil ya que no se mueve ni un poco.

-Basta -Me agarra de las manos, deteniendo los golpes.

-Déjame ir -Rogué llorando.

-Preciosa, eso no, pero tranquila aquí tendrás una vida de reina.

- No -Grité.

-Yo solo quiero volver a mi casa y estar lejos de ti.

-Eso ya lo veremos -Salió de la habitación dejándome allí pensando en qué momento había estado destinada a estar junto a él.

Me recosté en la cama y pasé llorando sin entender nada, por qué me había pasado esto, por qué mi vida había cambiado de la noche a la mañana, apenas ayer era feliz y hoy estoy triste, sin ganas de seguir, solo queriendo regresar a mi casa y a mi vida normal, aunque después de esto nada volverá a ser como antes, después de un rato pude conciliar el sueño y me quede profundamente dormida.

Me desperté a la mañana que por cierto estaba muy soleado, se podían ver los rayos del sol traspasando la cortina, me levanté de la cama, y abrí la ventana para que entrara un poco de aire, el día estaba hermoso salir a la playa sería un plan perfecto para un día así, excepto porque estoy secuestrada al lado de un loco que parecía sincero cuando lo conocí, después tomé una ducha para quitarme todo el llanto que había hecho la noche anterior, mis ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar, cuando terminé fui al closet que estaba lleno de ropa y eso es extraño, es como si aquí hubiera estado alguien o como si ya lo tuvieran planeado desde hace algún tiempo, me puse lo primero que encontré que fue otro enterizo pero esta vez de color fucsia y unas sandalias doradas, dejé suelto pero bien lacio mi cabello y puse un poco de sombra en mis ojos, rubor, un lipgloss rosa en mis labios y ya eso era todo cuando salí busqué en el escritorio unos libros que había encontrado ayer cuando me puse a revisar todo, y me senté en el sofá al lado de la ventana en donde había buena luz, después de un rato sonó la puerta y se abrió, era de nuevo Damián.

-Buenos días preciosa ¿como has amanecido?

-¿Tú que crees?

-Pues por tu aspecto parece que bien.

-Pues entonces así será -Dije sarcástica.

-Me puedes decir ¿por qué todavía no has bajado a desayunar?

- Primero, no quiero desayunar contigo, segundo ni siquiera sabía que podía salir de la habitación y tercero, no sé en dónde queda el comedor en esta casa -Dije dejando el libro que tenía en mis manos.

-Pues ven yo te mostraré.

- Que amable pero no gracias prefiero que alguien me traiga la comida acá.

JUNTO A TI ✔️Where stories live. Discover now