4

39.5K 2.8K 748
                                    


—¡Shaytan!—saca al perro de encima de mi cuerpo y puedo verlo en detalle. Es enorme—¿Estás bien?

—lamió mi cara.

—lo sé, pensé que te gruñiría.

Zaid extiende una mano en mi dirección y me ayuda a parar. El perro se acerca de nuevo a mi, en una actitud relajada y pongo mi mano en su cabeza.

—buen chico—le sonrío.

—él es Shaytan, es mi perro—habla Zaid—es un tanto cabrón y antisocial pero es bueno.

Sigo moviendo mis dedos en el pelaje del animal y me sorprendo al recibir más lametazos.

—es precioso.

—lo sé—Zaid le da unos palmetazos al perro que menea la cola y yo me tenso. El ruido me recuerda a los castigos de Zaid. Mi culo aún duele, por más que intento ignorar el dolor—tendré que ir a conseguirle comida, así que será mejor que vayas a vestirte con otra cosa. Shaytan arruinó tu vestido.

—¿Iré con usted?

—por supuesto que sí—Zaid toma mi mentón y me observa—aún no confío en ti lo suficiente para dejarte sola aquí.

—no planeo nada, lo juro—lo miro, desesperada porque me crea.

—más te vale, porque si intentas escapar, te atraparé y no querrás conocerme enojado. Ahora ve a cambiarte, tenemos que irnos antes de que la tienda cierre.

—¿Vamos a llevar a Shaytan?—miro con sorpresa la correa que tiene Zaid en la mano y que está enganchando al collar del perro.

—Si, hace varios días que no lo saco y necesitar ver algo que no sea tierra—Zaid me da un vistazo rápido—¿Por qué lo preguntas?

—pensé que había dicho que él... no se lleva bien con las personas—miro al perro, su pelaje negro y sus ojos claros son realmente intimidantes.

—puedo controlarlo—Zaid le hace una seña y el perro se sube al asiento trasero del coche—Shaytan—el perro lo mira, obediente—cuídala—me señala—Siria, sube al coche. Iré a buscar unas cosas.

—¿Va a dejarme sola?

—Shaytan se hará cargo de que no te escapes.

El perro está sentado en los asientos traseros, mirándome con seriedad. No escaparía de él ni con toda la suerte del mundo de mi lado.

Zaid se va, dejándome — literalmente — con un perro guardián.

—no me voy a escapar—le hablo al perro, sintiéndome tonta al hacerlo. Me acomodo en el asiento del copiloto y veo que Shaytan está más relajado. Lo observo. Tiene musculatura que no creí que fuera posible en un perro. Con un poco de temor, acerco mi mano a él, dejando que me olfatee—buen chico—sonrío cuando siento su lengua contra mi mano y luego, su cabeza empujándola en busca de caricias. Me inclino entre los asientos, para poder tocarlo mejor y me alegra ver que él mueve la cola. Sigo acariciándolo hasta que siento la voz de Zaid cerca del auto y me acomodo nuevamente en el asiento.

Veo que se acerca, con el hombre de seguridad que ya he visto dos veces y se sienta frente al volante. Él le da un vistazo a Shaytan, que está entre los asientos, mirándome. Tengo miedo de que Zaid quiera castigarme por tocarlo.

—sentado—la orden del hombre hace un efecto inmediato en el perro y Zaid arranca el coche. Puedo ver por el espejo retrovisor que otro auto que también estaba aparcado en la entrada de la casa nos sigue. Él parece notar que estoy viendo eso y me habla—: nos siguen por protección.

Obediencia |+18| (borrador)Where stories live. Discover now