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—¿Cómo estás? — Claire me abraza al bajar del coche junto con Samal, su esposo.

—buenos días, señora— el hombre me da un leve asentimiento y luego, se queda hablando con Zaid.

—ven, vamos a la cocina—le digo.

—Siria— Zaid me detiene antes de entrar— Samal y yo nos iremos, Ahmad se quedará por cualquier cosa— asiento. Él se acerca y pone sus manos en mis mejillas— llámame por cualquier cosa, ¿Bien?

—lo haré— él presiona sus labios contra los míos antes de alejarse y meterse en el auto junto con Samal—¿Entramos? — un poco incómoda, miro a Claire y ambas nos metemos dentro de la casa—¿Quieres comer algo? — le ofrezco, mientras ambas caminamos a la cocina.

Tamara no está y sé que Ahmed está en algún lado, con algunos guardias más, pero no lo he visto.

—no, gracias— Claire me observa y yo hago lo mismo con ella— ¿Cómo estás?

—bien, supongo— me encojo de hombros. No sé qué es lo que ella sabe y tampoco sé cuánto puedo contarle sin que Zaid se enoje— ¿Cómo estuvo tu luna de miel?

—yo... bien, creo— ella se sonroja y suspiro, sabiendo que pasó exactamente por lo mismo que yo con Zaid— Samal es un buen hombre.

—¿Lo es?

—creí que sería un hombre más violento, pero él realmente me trata bien— asiento, pensando en lo que las Madres solían decirnos durante nuestra formación en el convento— ¿Cómo lo llevas tú?

—no sabría decirte— decido abrir mi corazón con Claire, porque ella es mi amiga— Zaid me confunde un poco, ¿Sabes? — ella me escucha— a veces... es como si fueran dos personas en un cuerpo, por un lado es un... hombre de negocios, sin alma y a veces, cuando estamos solos se comporta como si tuviera un corazón.

Claire me sonríe.

—eso es bueno, creo— comenta— quiero decir, es como si confiara un poco más en ti.

—¿Eso crees? — le pregunto— es que... antes de la boda, él se comportó como un monstruo— digo— y luego, se calmó, incluso más después de que me secuestraran.

Claire me mira en silencio por unos segundos.

—¿Y ahora? ¿Cómo están las cosas?

—no lo sé— murmuro— él... ¿Sabes lo que hizo en mi cumpleaños? Llevó un telescopio a la playa para que pudiéramos ver las estrellas— digo— pero a la vez... es como si algo en mi interior me impidiera fluir con él. Él tampoco es como si se entregara libremente a todo, ¿Sabes? Creo que... creo que de algún modo los dos nos resistimos a sentir algo por el otro.

—te entiendo— Claire suspira— yo... bueno, yo sabía que me casaría con Samal desde hace bastante— me dice— pero cada vez que él tiene un gesto dulce, desconfío— murmura— siento como si intentara comprar mi cariño. Las Madres siempre nos intentaron meter un formato de hombre en la cabeza y creo que ni Samal ni Zaid se ajustan a eso— dice, con una mueca en los labios— tampoco es que sus vidas sean las más comunes, ¿Verdad?

—eso mismo me pasa. Siento que Zaid sale por completo del hombre que las Madres nos decían que tendríamos por esposo, quiero decir... pensé que tendría que ocuparme de una casa, hijos... no de... de lo que sea que es Zaid.

—supongo que... no lo sé, tal vez ellos tampoco saben cómo comportarse con nosotras— sigue— además, tú tienes carácter.

—¿Eso qué significa?

—supongo que es difícil tratar con una mujer con carácter—me dice.

—Zaid también tiene carácter— murmuro.

Obediencia |+18| (borrador)Where stories live. Discover now