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—sube— Zaid mantiene la puerta del auto abierta para mi— vamos, Siria. No quiero llegar tarde.

Me siento en el lugar del copiloto y Zaid rodea el auto, hasta estar sentado frente al volante.

—¿En serio vamos a casarnos hoy?

—Sí, mi madre organizó todo— dice, esperando a que los hombres de seguridad abran el portón de la casa— nos casaremos e iremos directamente al aeropuerto. Supongo que nunca has viajado en avión — niego— bien, tendremos muchas primeras veces hoy.

No puedo evitar alterarme un poco por su comentario, porque sé a lo que se refiere y no, no quiero que suceda. No quiero que mi primera, ni mi segunda ni mi última vez sean con Zaid. No quiero acostarme con él.

—¿A dónde iremos? — murmuro, tragando el sabor amargo.

—a una isla privada— dice, como si nada— estaremos solos por unos días.

No digo nada, pero en realidad, nunca hubo nadie más, excepto la seguridad.

—mi padre te llevará al altar, teniendo en cuenta que no tienes padre— Zaid suelta un suspiro, como si explicarme todo eso le causara algún tipo de esfuerzo — y mi madre te ayudará a prepararte.

—está bien.

Siento que el viaje es eterno, pero llegamos en media hora a la casa de sus padres, que está igual a como la recuerdo. Solo ha pasado una semana desde que estuvimos aquí.

—vamos— espero a que Zaid abra mi puerta, porque la última vez que bajé sin esperarlo, se puso como loco— Fiamma, lleva a Siria con mi madre, por favor— el hombre ni siquiera deja que la pobre chica termine de abrirnos la puerta.

—por supuesto, señor Kemal— ella no lo mira a la cara— ¿Viene, señorita?

—ve, Siria.

Sigo a la chica a las escaleras y ambas subimos. Ella se detiene frente a una puerta doble de madera y golpea suavemente.

—Señora Kemal...— ella se aleja unos pasos cuando la madre de Zaid abre la puerta.

—gracias, Fiamma— ella me agarra sin mucha fuerza del brazo y me hace entrar— ¿Cómo estás, Siria? — no le respondo — veo que sigues siendo callada — ella se sienta en el borde de una cama ubicada en el centro de la habitación. Hay una ventana enorme, que da a un jardín trasero, también enorme y desde aquí puedo ver gente moviéndose— estás preparando todo para hoy a la noche— me dice, al verme observar.

—¿Nos casaremos aquí?

—si, Zaid pidió que apresuraramos todo— me dice—en una hora, mi estilista y todo su equipo llegará para prepararte. Supongo que tus... Madres, te explicaron cómo son las bodas — asiento— ¿Tienes alguna pregunta?

—no, señora.

—Bien— ella se acerca a la puerta— le diré a Fiamma que nos traiga té y tendremos una conversación sobre lo pasará a partir de esta noche— ella se acerca a la puerta y la escucho hablar con alguien— vamos, Siria, siéntate— como también hay una pequeña mesa de té al costado del ventanal, ambas nos sentamos, una frente a la otra— hoy será tu noche de bodas— la observo, esperando— tendrás que dejar que Zaid te diga lo que quiere, no lo hagas enojar— me dice— Zaid no es un hombre paciente.

—lo he notado— no puedo evitar decir.

No hablamos mucho más, en realidad. Ella se limita a explicarme cosas que ya sé y, un rato después, golpean la puerta.

—señora Kemal, traje su té— es Fiamma. Ella entra a la habitación y deja dos tazas frente a nosotras.

—gracias— murmuro.

Obediencia |+18| (borrador)Where stories live. Discover now