Obediencia |+18| (borrador)

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(Siria)

Cuando abro los ojos, estoy en la cama de la habitación en la isla. Hemos vuelto.

¿Cómo voy a escaparme de aquí, si estoy en una tierra aislada, rodeada por agua?

-pensé que tardarías más en despertar- muevo mis ojos por la habitación, aún un poco aturdida, hasta que encuentro a Zaid en un sofá que no recuerdo haber visto antes. La habitación parece distinta, pero estoy segura de que es la misma en donde estuvimos las dos veces anteriores.

-quiero regresar a Italia, por favor- mi voz sale ronca y me duele cuando trago saliva, por culpa del agarre que usó para ahorcarme.

-no vas a regresar a Italia, Siria- él se levanta y se acerca a la cama. Yo intento no achicarme, ni mostrar temor, porque eso es lo que quiere y yo.. ya no soy esa chica temblorosa, nunca más seré esa persona-vamos a vivir aquí en la isla, ¿Qué te parece?

-es una idea de mierda, eso creo.

Él se ríe, se sienta en el borde de la cama y lleva su mano a mi nuca, agarrando mi cabello corto.

-es una pena que hayas cortado tu cabello, me agradaba como lo tenías antes- sisea- pero, como te dije, estaremos aquí el tiempo suficiente para que vuelva a crecer- él no está siendo brusco, pero de todos modos, no puedo relajarme ni siquiera un poco mientras él me toca.

-¿Qué es lo que quieres Zaid? - él me observa sin decir nada- no soy esa chica, no voy a someterme a ti, ni voy a ceder, no ahora que sé que hay personas que realmente me aman.

-yo te amo, Siria.

-tú no me amas- escupo- tú no puedes amarme- sigo- a ti lo que te gusta es controlarme, someterme y dañarme. Eso no es amor.

-es mi forma de decirte que te amo.

-tus formas son una mierda.

-te has vuelto una mocosa impertinente, ¿No es así? -él sonríe- será interesante conocer esta nueva personalidad tuya- mantengo mis ojos en los suyos y él simplemente me observa con diversión- si, definitivamente será entretenido.

-¿Qué va a pasar ahora? - mascullo- ¿Vas a encerrarme aquí como si fuera tu prisionera?

-¡Qué dramática te has vuelto, cariño! - él se ríe- puedes caminar libremente por la isla- dice- no creo que puedas ir mucho más allá de la playa- él ladea la cabeza- no sabes nadar, le temes al mar... me parece que es una buena barrera para evitar que hagas estupideces.

-te sorprendería lo que soy capaz de hacer con tal de irme.

-lo imagino- él suelta mi cabello y yo suelto el aire que no sabía que retenía- confiaste en Ahmed... oh, espera- él se burla- ¿Leonardo, verdad? Tu querido Leo.

-no seas estúpido.

-cuéntame, Siria, ¿Pasó algo entre ustedes? - él desliza su dedo índice sobre mi muslo- dejaste que se metiera entre tus piernas, ¿No es así?

-estás diciendo estupideces- mi pulso se acelera con temor mientras él me toca- no pasó nada entre nosotros.

-es extraño, porque estoy casi seguro de haber escuchado a alguien decir que Ahmed está enamorado de ti.

¿Está loco? Ahmed no me ama, ¡Ni siquiera puedo gustarle! El hombre solo hacía su maldito trabajo.

-eso es mentira.

-por tu bien, espero que nada haya pasado- masculla- ahora, princesita, ¿Por qué no me cuentas qué has estado haciendo durante este tiempo, eh? - él sonríe como si realmente estuviera interesado- dime, ¿Conociste Italia?