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Si no les explota el cerebro, no hice un buen trabajo, jajaja. Disfrutenlo <3

Capítulo final, parte 2.

Los ojos de Zaid se mantienen abiertos y su cuerpo se tensa antes de caer con fuerza al suelo. La sangre manchó mi rostro pero no puedo pensar en nada.

Su zapato golpea contra el mío cuando se desploma y su cuerpo inerte hace un ruido seco al golpear la tierra. Me lleva unos segundos mover mis ojos del cadáver del demonio, hacia el causante de su muerte.

Samed luce agitado, su mano tiembla y sus ojos están clavados en mí.

—yo también sé lo que es vivir en una sociedad que no te acepta, Siria— dice. Él mantiene el brazo en alto, aun manteniendo el arma en alto.

—¿Vas a matarme? —pregunto con voz temblorosa.

Él parece caer en cuentas y baja el arma.

—lo siento.

—yo no, me salvaste— vuelvo a mirar el cuerpo inerte de Zaid, aún sin poder creer que está muerto y cierro los ojos por un segundo— pensé que él iba a matarme.

—iba a hacerlo— Samed da unos cuantos pasos en mi dirección—mataste a tres hombres.

Levanto mis ojos, lo miro y vuelvo a clavarlos en el cadáver entre nosotros.

—lo sé— me pongo en cuclillas, viendo los ojos abiertos y vacíos de Zaid y la paz me invade. Agarro su arma, la que él apoyó en mi estómago y la pongo en mi pantalón— dijiste que sabías que Leo era un infiltrado.

—yo no dije eso— Samed se inclina, revisa los pantalones de Zaid y saca un teléfono.

—lo diste a entender— él no dice nada—también dijiste que sabes lo que es vivir en una sociedad que no te acepta— insisto— y antes dijiste...

—antes dije que debes adaptarte para sobrevivir.

—no eres policía.

—no, no lo soy— Samed me da una mirada que parece un tanto triste— pero me enamoré de uno.

Trago saliva.

—amas a Ahmed... a Leo.

—y él te ama a ti— dice— no podía permitir que la mujer que ama el hombre que yo amo muera.

—pero...

Dios, esto es tan confuso.

—solo... no pidas explicaciones, Siria— dice— eres libre ahora.

—¿Lo soy?

—contacté a Leo, todo un equipo está viniendo aquí.

—¿Contactaste a Leo? —él no dice nada— la noche que... que él me ayudó a escapar, tú entraste a su habitación— murmuro— ¿Sabías que yo estaba ahí?

—si, lo sabía.

—pero no le dijiste a Zaid.

—sí, lo hice— él levanta los ojos del cadáver— lo hice unas horas después, para mantener las apariencias pero les di tiempo para escapar.

—y ya sabías que él era un policía— él asiente— lo protegiste.

—no, no lo hice— Samed suspira— simplemente guardé información que le hubiera costado la vida— murmura— pero... no sabía nada de lo tuyo, Siria. Solo sabía que Leonardo estaba detrás de la cabeza de Zaid.

—no te entiendo, yo...

—no tienes que entender nada, esto... esto se acabó— dice, suspirando— la policía está en camino, posiblemente puedas escuchar los helicópteros — él comienza a caminar, metiéndose entre los árboles— adiós, Siria.

Obediencia |+18| (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora