Capítulo 21.

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Neferet a pasado muy ocupado, parece un tanto preocupado y eso me tiene angustiada, pues nunca lo había visto actuar así. Siempre que quiero hablar del tema Neferet se torna más frío.

Camino por todo el castillo buscando a Esmeralda pero no la encuentro, entro a la biblioteca y ahí se encuentra Azael, me congeló al verlo, la última ves que lo vi quería morderme. Su mirada es pasiva no hace nada más que verme.

—tranquila, no te haré nada —sisea en voz baja mientras lee nuevamente el libro que tiene en sus manos.

Me quedo pasmada al verlo tan sereno, ¿porque ahora es tan educado?

—claro —digo incrédula y me retiro del lugar.

No es como si quisiera entablar conversación con el. Llego a la cocina y Esmeralda aparece por el pasillo.

—¡te estuve buscando! ¿Dónde estabas? —preguntó curiosa.
—tenía que salir a comprar comida para el almuerzo y la cena —dice con una sonrisa mientras saca las cosas de la bolsa.

Siento que oculta algo pero no preguntaré más, le e hecho muchas preguntas pero siempre las evade, supongo que nadie me quiere decir lo que realmente está pasando.

—¿todo bien? —pregunta Esmeralda observándome de reojo.
—lo mismo de siempre, Neferet pasa muy ocupado —quisiera pasar más tiempo con el, conocerlo un poco más.

Pero Neferet no es alguien muy platicador sobre su pasado.

—tu me dijiste que sirves a los Vintag hace muchos años, ¿dime como era el? —hago mi mejor cara de puchero y parece dar resultado pues Esmeralda suelta un suspiro resignada.
—el señor Neferet se enfadara mucho —murmura para si misma.
—mira Anne, el siempre fue un vampiro bastante frío y solitario, buscaba siempre estar encerrado en su escritorio sin que nadie lo molestara, a sido temido por ser uno de los fundadores de la raza vampiro, su poder es casi ilimitado, nunca nadie lo a vencido en una batalla, a manchado sus manos pero nunca de manera injusta o al menos eso pienso —encoge sus hombros y desvía la mirada para así ya no hablar.

No la culpo, Neferet puede ser muy intimidante pero cuando estoy con el... Puedo ver que es diferente.

Las horas pasan y termino en la habitación de Neferet, me siento en su cama observando toda su habitación, debería decorarla un poco más. Me dejo caer en su cama e inhalo su aroma, cierro los ojos y me dejo llevar por el sueño.

La luna ilumina el cielo nocturno y me encuentro frente a una pequeña cabaña lejos del castillo, nunca antes la había visto.

—es ella —alguien abre la puerta, es el mismo hombre que entró al castillo, junto a él se encuentra una persona de mayor edad, su pelo es blanco y de baja estatura.

Me quedo confundida y volteo a mi alrededor pero no hay nada.

—ella es la compañera de ese vampiro asesino —dijo el hombre con odio.
—¡te equivocas el no es un asesino! —respondí con enojo.
—la familia Vintag atacó a todo un pueblo de hombres lobo solo para tener el control sobre nosotros, los siglos pasaron pero nuestro pueblo nunca olvidó aquella injusticia, ¡ellos pagarán! —abrí mi boca sorprendida y negué sin poder creerlo.
—¡Neferet nunca haría algo injusto! —no imagino a un Neferet asesino sediento de sangre.
—todos morirán, tu morirás, estas con ellos, eres como ellos —podía ver el dolor en sus ojos.
—¿que es esto? ¿Porque? —preguntaba mirando a mi alredor, todo estaba desierto.
—es porque haré sufrir a la familia Vintage, su padre, Neferet, toda la familia Vintage  y a todas las personas que son importante para ellos —sentenció con voz demandante y la mujer de cabello blanco solo me observaba con pena y tristeza.

—¡Anne! ¡Despierta! —Neferet me sacudía en sus brazos mirándome desesperado.
—el hombre dijo... —susurre asustada.

Observaba al vacío recordando sus palabras, confiaba en Neferet el jamás haría algo así. ¿Pero y si me equivocaba?

—¡¿que pasa Anne?! —Neferet preguntaba angustiado.
—no.. No fue nada —conteste aturdida.
—Anne, por favor dímelo —pidió suplicante, podía ver su preocupación en su rostro no podía verlo así, lo odiaba.
—era el hombre que te atacó, dijo que haría sufrir a tu familia, a ti y a todas las personas que eran importantes para ti y tu familia —el semblante de Neferet cambio totalmente.

La frialdad podía verse en su mirada y eso me asusto, ¿era verdad lo que dijo aquel hombre?

Neferet. Where stories live. Discover now