Capítulo 40.

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Personas comenzaban a llegar a las demás cabañas, hombres lobo de otras manadas, algunos murmuraban y nos observaban con cierto desprecio, no los culpaba pues los vampiros eran responsables de mucho dolor en sus manadas.

—tendremos una reunión, esta noche vamos a entrenar —anunció Varick llegando al comedor.
—¿nosotros? —preguntó Azael con diversión.
—¿tienen miedo? —preguntó con una sonrisa.
—en absoluto, será algo divertido —contestó el con malicia.

Esmeralda y yo pusimos los ojos en blanco, ellos dos son muy competitivos.

Neferet aún no había regresado y comenzaba a preocuparme, ¿estaría bien? En mi interior sabía que si, podía sentirlo pero necesitaba estar segura de ello. El atardecer comenzó y todos las personas comenzaban a salir al bosque, Azael, Esmeralda y yo seguimos a Varick que se mostraba muy ansioso por empezar la reunión.

—estamos aquí para entrenar y planear la guerra que se llevara a cabo, todos hemos perdido a muchos de nosotros en el pasado, no podemos darnos el lujo de perder, le vamos a demostrar a los vampiros quienes somos y que no dejaremos que nos pisoteen. Pero no pelearemos con todos los vampiros, habrán quienes estén de nuestro lado y eso ya será una ventaja, entrenaremos todo lo posible, así que comenzemos —Varick se reunio con cada grupo que estaba en el bosque, eran 10 grupos de 5 integrantes, todos con sus pieles bronceadas y aterciopeladas, habían mujeres que se miraban formidables, en muy buena forma, me pregunté si yo podría ayudar de algún modo.

Jamás había estado en una guerra, tenía miedo de como todo fuera a terminar pero no teníamos otra opcion, Varick posiciono a un grupo frente a nosotros y se unió a nuestro lado para pelear.

El grupo avanzo, un hombre lobo me atacó de frente pero con mi antebrazo lo bloquee y lo golpee tirandolo al suelo. Ahora tenía fuerza, podía hacerle frente. El chico se levantó y acomodo su cabello marrón mientras miraba alrededor, corrió nuevamente hacia mí y me tomó por los hombros tratando de inmovilizarme, pero lo golpee en su nariz con mi cabeza haciendo que me soltara. Soltó un gruñido en respuesta y sus ojos color pardo comenzaban a tornarse más oscuro, se transformó en un hombre lobo y ahora me sobrepasaba en tamaño y seguramente en fuerza... Jamás había visto un hombre lobo de ese tamaño.

Corrí lejos de él pero fue más rápido, con sus dientes tomó mi pierna y me acerco más a él, sus garras ahora oprimían mi cuerpo, el dolor era soportable pero pesaba demasiado como para quitármelo fácilmente, abrió su osico dejándome ver sus dientes, parecía que me iba a morder.

En segundos alguien empujó al lobo que estaba sobre mí, y lo golpeó con fuerza dejándolo en el suelo... Era Neferet, tenia su mirada fija en el lobo y sus manos convertidas en puño.

—¡espera Neferet! —corrí a su lado pero el seguía mirando al lobo.

El lobo corrió a nuestra dirección nuevamente y yo me posicione frente a Neferet, su mirada asustaba, era tan oscura y fría que me hizo estremecer por dentro, tenía miedo de dirigirle una palabra.

—estábamos entrenando Neferet —Azael se coloca al lado de Neferet y hace una seña al lobo para que se retire.

Este obedece no muy complacido.

—¡te deje a cargo para cuidarla! ¿En que pensabas? —pregunto Neferet muy molesto.
—necesita defenderse, lo sabes —contesto el, y llevo a Neferet lejos de mi.

Yo solo quería... Abrazarlo y preguntarle donde había estado, si todo estaba bien.

Neferet. Where stories live. Discover now