Capítulo 26.

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—¿que? —pregunté confundida.
—casate conmigo —pidió con anhelo y desesperación.
—¿estas seguro? —pregunté temerosa.
—claro que si, te necesito Anne —dijo con una sonrisa cálida mientras acariciaba mi rostro.
—esta bien, si me casaré contigo —dije con una gran sonrisa.

Mi corazón latía con fuerza al pensar que me casaría, Neferet sonrio como nunca lo había visto sonreír y me cargo en sus brazos mientras dábamos giros en toda la habitación.

—gracias Anne, siempre cuidare de ti, lo prometo —respondió el con alegría y entusiasmo.
—lose Neferet —lo abrace con fuerza mientras aspiraba su aroma, era seductor y masculino un deleite para cualquier mujer.

Tocaron la puerta y apareció Esmeralda con gesto preocupado, Neferet salió de la habitación con Esmeralda y me dejaron sola en la habitación. Algo estaba pasando, ¿sería Varick? Tenía que hacerlo entrar en razón, no podía llevar a cabo una guerra que terminaría matando a muchas personas de las dos especies.

Salí de la habitación con paso lento y podía escuchar voces en la oficina de Neferet así que me acerque más para poder escuchar, eran las familias fundadoras, pero había alguien que nunca había visto, podía verlo de reojo, si me acercaba demasiado podrían verme. Era un vampiro mayor de quizás 35 años su cabello era un rubio cenizo un poco parecido al de Neferet, sus ojos eran de un rojo puro, tuvo que haber bebido demasiada sangre humana para llegar a tener ese color tan... Profundo. Su piel era demasiado pálida, sus pómulos eran marcados, tenía razgos de Neferet en cierta Manera.

—¿así manejas la situación hijo? —su voz era profunda y ronca.

Lleve las manos a mi boca sorprendida, ¡era Raziel Vintag! Jamás lo había visto, no es digno de él aparecerse entre nosotros salvo que sea algo muy importante.

—todo estará bajo control —siseo Neferet de mala gana.
—necesitamos terminar con ellos antes de que nos ataquen, exterminarlos —demando el señor Raziel.
—¡no podemos hacer eso! —Neferet golpeó su escritorio con fuerza.
—¿entonces dejaras que nos ataquen y mueran vampiros? —preguntó el con burla.
—si ellos no han atacado, no tenemos razón para matarlos —la mirada de Neferet denotaba odio pero su padre no se inmutaba en lo más mínimo.

Los demás vampiros parecían incómodos en aquella reunión, mirándose entre ellos con decepción.

—tenemos que ganar aún antes de que ellos empiecen —dijo el señor Raziel de forma desinteresada.
—señor Raziel, quizás Neferet tenga razón seria mejor hacer un diálogo —intervino el señor Antonio la segunda familia fundadora.
—los hombres lobos son un estorbo para nosotros, son nuestros rivales Naturales, ¿porque quieren hacer un diálogo con unos pulgosos? —el señor Raziel comenzaba a molestarse.
—las familias del oriente vendrán la otra semana señor Raziel ¿porque no lo discutimos cuando ellos estén aquí? —pidió el señor Megalos.

El señor Raziel gruño en respuesta y asintió después de varios minutos, todos salieron de la oficina y yo me hice a un lado ocultandome en la pared mientras ellos salian de la oficina, solo quedó Neferet con su padre. Parecía un momento incómodo ninguno de ellos decía una sola palabra.

—te ves más fuerte Neferet, ¿encontraste un vínculo con una sirvienta verdad? —preguntó el curioso.
—no es de tu incumbencia —dijo el tajante.
—matala —pidió de golpe.

Abrí mi boca sorprendida y retrocedí sin pensarlo, Neferet abrió los ojos aterrado mientras negaba con la cabeza.

—¡no! Ella es mia, será mi esposa —bramo el con furia.
—eres un vampiro deja de un lado la cursileria —respondió el señor Raziel irritado.
—no lo haré, no voy a matarla, nadie la tocará ni siquiera tu —Neferet tenía la mirada fija en su padre.
—no importa si no quieres, te ordenó que la mates, cuando tengas sed, te ordenó que bebas toda su sangre —los ojos de Raziel dieron un brillo tenue y Neferet perdía poco a poco su mirada de furia y la reemplazaba una mirada de temor.

Mi respiración se torno entre cortada, no podía negarse a su orden, era un lazo casi irrompible, Neferet bebería mi sangre hasta matarme y no podía evitarlo. Corrí de aquel lugar hacia el patio mientras trataba de ordenar mis pensamientos, Neferet nunca me haría daño... Pero no era algo que él pudiera controlar, ¿porque su padre le pediría tal cosa? ¿Que haría Neferet conmigo?

 Pero no era algo que él pudiera controlar, ¿porque su padre le pediría tal cosa? ¿Que haría Neferet conmigo?

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