Capítulo 43.

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Me quedé en shock al escuchar sus palabras, ¿acaso el sentía algo por mi? ¡¿Porque?! Amo a Neferet, no lo dejaría jamás pero sentía profunda pena por Varick, había perdido a su familia... Se encontraba solo.

—Varick —susurre.

Pero el se abalanzó contra mí, sus garras estaban sobre mi pecho, fácilmente podría hundirlas sobre mí corazón y arrancarlo.

—¿quieres matarme? ¿por amar a un vampiro? —pregunte con calma.

Tenía un poco de miedo pero sabía que el sería Incapaz de matarme... ¿Verdad?

quiero matarte por ser tan idiota, por amar a alguien tan vacío, Neferet no merece ser feliz —sus ojos brillaban.

Comenzó a hacer presión con sus garras, así que lo quite de encima con mis piernas, mi pecho comenzó a curarse de las heridas leves que me había hecho Varick, estaba por atacarlo cuando Neferet me sujeto con fuerza colocandome a un lado.

—los demás fundadores están camino a las aldeas de los hombres lobo Varick, ¿quieres que termine contigo antes de que puedas ver lo que pasará? —Neferet contenía sus impulsos, sus manos estaban tensas al igual que todo su cuerpo, sus ojos carmín se oscurecían cada ves más.
—terminaremos esto, después —y sin decir más el corrió dejándonos solos.

Neferet me observo con detenimiento.

—estoy bien, no estoy herida —era verdad no me había lastimado gravemente.
—no quise matarlo frente a ti, por eso lo dejé ir. Lo siento Anne pero nadie puede tocarte y no recibir un castigo —me estrecho entre sus brazos y acaricio mi mi cabeza con ternura.
—por favor Neferet, puedo defenderme sola, estaré bien —susurre sobre su pecho.

Neferet negó y guardo silencio.

—¿los fundadores están por atacar? —pregunte asustada recordando sus palabras.
—así es, tenemos que irnos —Neferet sujeto mi mano y volvimos a casa.

Todos estaban listos, Esmeralda junto con Azael estaban en el grupo esperando las órdenes de Neferet.

—ya saben que hacer, confío en ustedes —dijo Neferet en tono autoritario y todos asintieron y subieron a los autos que estaban afuera.

Neferet y yo íbamos solos en el auto, el parecía sumido en sus pensamientos, su rostro tan sereno me resultaba sorprendente pues yo era un manojo de nervios.

—¿estas bien? —me pregunto con calma.
—la verdad no, yo... No puedo perderte Neferet —confesé en voz baja.

Neferet desvío un momento su mirada y me observo con ternura, sus ojos fríos se suavizaron y me tomó la mano dándome un leve apretón.

—estaré contigo Anne, siempre —afirmó el con seguridad.
—pero... Son muchos vampiros, puede pasarte algo —era la guerra, donde no existe lo justo ni las reglas, solo hay una regla y es ganar.
—y nosotros tambien lo somos, tenemos vampiros y hombres lobo de nuestro lado, tranquila Anne —trato de calmarme.

Tenía razón tenía que confiar en que todo saldría bien.

Llegamos a la entrada de un bosque, podía olfatear el aroma de los hombre lobo, también podía sentir que los vampiros se estaban acercando al lugar.

Todos caminamos y llegamos rápidamente a las aldeas, los hombres lobo estaban formados en fila, era un gran número de hombres lobo, los vampiros se colocaron frente a ellos y en sus manos tenían armas de todo tipo.

Llegaron las demás familias fundadoras y al frente estaba el señor Sanna y el señor Bichir íntimos amigos del señor Raziel.

—Neferet querido, ¿porque nos obligas a pelear contra ti y los hombres lobo? Hazte a un lado y olvidaremos esto, los hombres lobo tiene que morir de una ves —el señor Sanna sonreía sinicamente pero Neferet no se inmutó en lo más mínimo.
—¿porque quieren atacar a esta gente inocente? No han hecho nada contra nosotros, no puedo permitir que derramen gente inocente —hablo el con autoridad.
—¿ya olvidaste lo formidable que fuiste en la primera guerra? Mataste a mucha gente... Neferet, ¿crees que ahora ellos quieren ser tus amigos? —pregunto el señor Sanna con burla.
—no me importa, es algo que les debo. Asesine a la persona principal de esa guerra, ahora solo me faltan ustedes —Neferet comenzaba a perder la paciencia podía notarlo.
—muy bien, que así sea —el señor Sanna y el señor Bichir chasquearon los dedos y el caos comenzaría.

Neferet. Where stories live. Discover now