Capítulo 25.

4.5K 382 21
                                    

Quería abrir los ojos pero no podía mover un solo musculo, de repente sentí un tacto frío en mi mano y supe que era Neferet su tacto se sentía reconfortante, acarició mis nudillos por mucho tiempo y después de varios minutos sentí sus labios sobre mi frente.

no me dejes por favor —dijo suplicante mientras apretaba mi mano.
—te amo Anne —susurro en mi oído mientras acariciaba mi rostro con su tacto frío.

Mi corazón dio un vuelvo al escuchar sus palabras, quería sonreír y decirle que que también lo amaba pero no podía moverme.

Abrí los ojos con dificultad, sentía mi cuerpo muy pesado y adolorido como si me hubiera arrollado una bicicleta.

—¿Anne? —Neferet sujeto mi mano mientras inspeccionaba mi cuerpo con cuidado.
—hola —murmuró con dificultad.
—el hechizo se rompió, estaras bien —Neferet me miraba aliviado y acariciaba mi rostro con delicadeza.

Su tacto se sentía cálido pero entonces recordé las palabras de Varick y me tense al ver a Neferet, baje la mirada mientras el seguía acariciando mi rostro.

—¿que pasa? —preguntó alarmado.

Mordí mi labio y dude en contestarle, tenía miedo de escuchar su respuesta.

—¿Anne, que tienes? —levantó mi barbilla para mirarlo fijamente y sus ojos carmín me hipnotizaban por completo.
—lo vi, el estuvo conmigo —susurre con voz suave.

Neferet alzó las cejas sorprendido y examinó nuevamente mi cuerpo con cuidado.

—¿te hizo algo? —preguntó angustiado.
—no, pero me dijo algo sobre ti —me aferre a las sábanas y Neferet se levantó y se alejo de mi.
—ya veo —dijo sin emoción alguna.
—¿es verdad? —pregunté angustiada.
—si Anne, es verdad —dijo el sin mirarme.

Sus palabras fueron como un golpe a la realidad, entonces lo que dijo Varick ¿era verdad? Negué mentalmente y recordé todas las cosas que Neferet había echo por ayudarme.

—Neferet, se que tienes una explicación, por favor dime —pedí suplicante.

Se giro para verme y su vista era fría, su mandíbula estaba tensa y su cuerpo rígido, en sus ojos no había emoción alguna era como la primera ves que lo vi, sus ojos rojos no se inmutaban en lo más mínimo.

—¿me tienes miedo? —preguntó con voz ronca.
corrí a su lado y me sujete de sus brazos.
—no Neferet, claro que no —dije indignada.
—hace siglos, cuando nuestras razas comenzaban a surgir, los hombres lobo nos superaban en número y eso dio temor a los fundadores, y decidieron que sería mejor exterminar a la mitad de los hombres lobo para así tener el control sobre las razas. Los vampiros obedecen cualquier orden de una familia fundadora, yo sólo puedo obedecer la orden de un vampiro fundador.... Mi padre, tuvimos que pelear y no pude negarme —su mirada estaba perdida en el suelo.

Parecía decepcionado, enojado consigo mismo, no era algo bueno de recordar, seguramente tuvo muchas pesadillas pensando en esa guerra cruel y sin sentido, pensando en todas las personas que... No servía de nada lamentarse, Neferet no haría eso por su voluntad ahora entendía porque lo había hecho.

—lo lamento Neferet —me puse en el suelo frente a él y su mirada volvió poco a poco.
—¿quieres estar con un monstruo como yo? —preguntó con odio.
—¡no eres un monstruo! Estaré contigo todo el tiempo que quieras —le sonreí con dulzura y el cerro los ojos mientras tomaba mi mano.
—lamento no habértelo dicho antes pero... No hablo de eso con nadie —susurro suave.
—esta bien Neferet, no me iré de tu lado lo prometo —lo abrace con nuevamente y el respondió mi abrazo con suavidad.
—cásate conmigo —pidió con voz anhelante.

Sus ojos me observaban fijamente y un brillo especial se esparcia en su mirada cada segundo que pasaba. Su pregunta me había tomado desprevenida y mi corazón latía frenéticamente al pensar en la respuesta.

Neferet. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora