Capitulo XI

724 81 42
                                    

- ya despertaste - decía un pequeño pelinegro que estaba al lado de un pelirubio.

- ¿Quien eres tu? - mirando al pequeño, sentándose en la cama y mirando todo - ¿Donde estoy?.

- bueno, yo soy Menma y estas en mí casa.

- en tu casa - confundido - ¿Pero como?.

- bueno, Mitsuki te trajo aquí en la noche y me pidió que cuidara de ti ya que lo más seguro era que no despertarás hasta en la mañana.

- es verdad - recordando lo que pasó - ¿Donde está él?.

- salió por comida junto a mí primo, seguro ya regresarán.

- ya veo, eres familiar de Mitsuki pensé que vivía solo.

- vive solo, pero bueno soy como su primo etto... Algo así como amistad de familia.

- ya veo - suspiro.

- tienes hambre.

- eh, un poco.

- bien espera - se fue de la habitación corriendo y en segundos llego el pelinegro con unas frutas cortadas y agua, lo puso en el mueble que estaba al lado de la cama y el se sentó en su silla - come, lo prepararon para ti.

- gracias - agarrando el plato de la fruta picada y empezando a comer.

- ¿Cómo te llamas?.

- yo Inojin - sonrió - jamás te vi por la aldea - el pelinegro río nervioso ante eso.

- bueno yo, no puedo salir de esta casa y si salgo tengo que estar a escondidas.

- ¡Que! ¿Porque? - dijo sorprendido.

- bueno, por razones que no te puedo decir.

- entiendo.

- tu que eres de Mitsuki, ¿Su pareja?.

- no, soy su madre, amigo y hermano menor.

- valla, que complicado - dijo un poco confundido.

- si lo piensas mucho si, pero así es divertido.

- vale tu ropa está ahí - señaló un ropero - está lavada así que no te preocupes.

- oh claro.

- Si, yo iré a a ver la tele después bajas.

- si - el pequeño se fue de ahí dejando al Yamanaka sentado que termino de comer lo que le trajeron, anoche no había sido de lo mejor para él ni para su amigo, se levantó y se dio cuenta que estaba vestido con una camisa blanca grande en que momento le abrían cambiado.

Se paró después de terminar la comida y acercarse a su ropa limpia, se tocó el cabello y este estaba pegajoso, suspiro con un fastidio ante eso y busco el baño que encontró, solo sería una ducha rápida, hizo lo que pensó en menos que lo hacía normalmente y se puso su ropa limpia, su cabello estaba suelto y lo dejo así, bajo a la sala donde provenía el ruido y se encontró con el pequeño azabache que le miro y sonrió.

- te tardaste.

- si... Me di una ducha espero que no importe.

- no tranquilo, quieres ver la tele conmigo.

- claro - sonrió y se sentó - ¿Que ves?.

- el secreto después del cambio de cerezos.

- salió en película - dijo sorprendido y mirando la pantalla donde estaba en la parte triste cuando la chica le confiesa de su enfermedad, soltó algunas lágrimas y el azabache le alcanzó las servilletas para que se secara.

Una verdad OcultaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora