Capítulo 19

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Las flores pequeñas balanceándose entre las gruesas y fuertes hierbas del césped. El exterior del amplio patio trasero de la casa de los Park, ya se encontraba siendo adornado por muchos colores. Árboles siendo decorados con globos de distintas formas y colores, al igual que cinco medianas mesas circulares, cubiertas con manteles blancos y adornadas con recuerdos elegantes para la clasificación de invitados.

Las sillas blancas con lazos  amarillos enrollados en forma de moño, como también se podía apreciar un banner que deletreaba el ''Feliz Cumpleaños'' en caligrafía molde, colgando de dos extremos de árboles altos y frondosos.

Tras pasar las puertas de la casa, las risas alegres y contagiosas de los niños junto al bullicio adulto, resonaban acoplándose en una misma sinfonía armoniosa, dando el aire tan cálido y tranquilo que representaba una fiesta de cumpleaños. 

—Vaya, no pensé que eras tan bueno en esto. Quedo igual de increíble a como lo hubiese hecho un equipo de organizador de fiestas infantiles.

Chanyeol se encogió de hombros, hundiendo sus manos en los bolsillos del traje elegante y entallado en un clásico color negro. Le lanzó una mirada furtiva al de cabellos dorados que yacía al lado suyo, con las manos sobre la cintura, mostrándose orgulloso por su trabajo.

 —Soy bueno en muchas cosas.

—No veo duda en ello, solo que al momento de crecer no fuiste bueno.—comentó divertido.

El aludido se giró para mirarlo indignado, con la diestra de finos dedos postulándose sobre el torso propio.

—¿Quién dice que no creceré?

Chanyeol enarcó una ceja, conteniendo una risa al ver la actitud del más bajo.

El adverso solamente frunció su ceño, figurando un puchero lastimado. El tipo de estatura sobrepasada le había ofendido sus orgullosos, uno punto setenta y cuatro, centímetros de altura. Baekhyun hubiese reclamado, pero la presencia de una chica con estatura casi similar a la de Chanyeol; se acercó hasta ellos, con una sonrisa característicamente familiar.

 —Yoora.

—Chanyeol esto esta increíble, no había visto tanta luz vibrando emocionalmente de esta casa.—contestó la hermana del alto, dando vuelta con sus ojos hasta donde el otro muchacho se disponía.

—¡Hola Baek!

El mencionado sonrió con dulzura.—Hola Yoora.

A la castaña se le iluminaron los ojos con brillos de amor; hace semanas atrás había ido a la casa de su hermano, encontrándose en el picaporte de la puerta a un chico bajito de facciones dulces y cabellos rubios cayendo en cortos arrecifes, quien dijo ser el nuevo niñero de sus sobrinos. En el poco tiempo en que estuvo en la casa mientras los pequeños se preparaban para irse junto con ella, pudo compartir un par de palabras con Baekhyun, como nombres y cosas iniciales, no cabe duda que había quedado anonada con el asombroso chico. Y estaba más que segura que si ella tuviese hijos, no hubiese ni tardado un segundo más para robarle el niñero a su hermano menor.

—¡Eres toda una dulzura! 

A Yoora le fue inevitable no tomar de las mejillas al bajo, presionándole los pómulos con ambos pulgares, como si de un pequeño bebé se tratase.—Cuanto no daría porque tu fueses mi  hermanito menor, en vez de este tipo gruñón.

Chanyeol agarró al bajo de los hombros, cual muñeco de trapo dejándose hacer. Cuando consiguió alejarlo de las manos de su hermana, prosiguió a hablar.

—Deja de manosear a mi niñero.

—¿Acaso eso fue lo que te enseñó nuestra madre, Chanyeol?—cuestionó—¿A ser egoísta con tu hermana? Dame a Baek si no quieres que te de unos chancletazos como cuando estábamos pequeños. 

La chica casi le arrebató a Baekhyun de las manos, y Chanyeol no se quedó atrás, con la misma velocidad tomó la mano del rubio y lo jalo con facilidad hasta dejarlo detrás de su ancha espalda.

—Park Chanyeol.—Yoora mencionó el nombre con tono amenazante, desviándose al instante de un escandaloso ruido familiar.

La pequeña Byunnie venía corriendo con su vestido en dirección a donde los tres sujetos, conversaban.

Las telas color rosa pastel siendo espolvoreadas con hilos brillantes, el vestido se conjuntaba con tres capas gruesas elegantes cayendo hacia de cintura abajo, dando un corte de princesa en el vestido. Por la sección de arriba, piezas florales se adherían en cadena, junto a una chall de telas transparente cayéndole desde los hombros hasta llegar al borde del vestido, siendo sujetado con dos moños para dar el aspecto elegante y hermoso. 

Byunnie se acercó hasta donde su tía, abrazándola fuertemente antes de dirigirse hacia Baekhyun y su padre, correspondiendo a darles un abrazo también.

—¡Oh princesa te ves tan hermosa!—exclamó la mayor.

—Baekkie colocó flores sobre mi cabello, eso me hace ver mucho más bonita.—comentó la infante, dando un salto sobre sus zapatos de charol blancos.

Y era claro a la luz del sol, las flores artificiales decorando en coronilla los cabellos castaños y claros que se enrollaron en un recogido que dejaba sueltos un par de hebras a los lados de cada pómulo.

—Baekhyun hizo un buen trabajo ¿No es así cariño?—esta vez fue Chanyeol quien tomó la palabra para hablar.

Byunnie asintió con la cabeza.—Baekkie es una hada madrina muy bonito.

La ráfaga sombra suave se tiñó en las mejillas del susodicho, Baek se llevó el dorso de su mano hasta las mejillas, tratando de ocultar un poco la sonrisa dibujada.

—Mira, hiciste sonrojarse a Baekhyunnie.—dijo el alto.

Una sonrisita picara brotó de la pequeña boca de la niña,  haciendo de la escena un momento tan icónicamente familiar. Era cálido y reconfortante, como el nuevo sol naciendo entre las esponjosas nubes, luego de una tormenta. Aunque la tormenta nunca siempre significó dolor, las milésimas gotas diminutas de lluvia cayendo sobre los edificios y tejados de las casas, limpiando cada uno de los malos recuerdos del día, hasta que cada gota se evapora de nuevo en una nube llena de calor; brillante y radiante para esperar a esparcir su escarcha a través de los vientos nocturnos que remueven la luna con sigilo, en una clásica danza oscura. Un momento tan hermoso que se desvaneció con la casta presencia matrimonial de una nueva chica.

Seohyun traspasó las puertas cristalinas que daban con el patio, dando a revelar su perfecta silueta sobre las sombras.

El traje femenino completo a color rosa salmón, tallándosele en confección calcula a su cuerpo. Un top blanco por dentro, el saco arremangado hasta los codos, y el pantalón del mismo color llegándole hasta los tobillos. Traía un pequeño bolso color blanco que se sostenía a base de unas cadenas doradas que conjuntaban en color con el símbolo que representaba la marca Chanel. Sin dejar de lado el reloj delgado de muñeca, y los tacones blancos y cerrados de corta altura.

A la distancia se pudo reflejar al pequeño mellizo, abrazando a su madre para luego en menos de lo que se contaban dos minutos, la castaña ya estaba frente a Chanyeol, Baekhyun y Yoora.

—Cuñada, gracias por asistir con nosotros el día de hoy.—respondió, refiriéndose a la fiesta.

Un saludo corto y se vio acercándose al hombre para plantarle un beso en los labios, como forma de saludo.

—Hola Chan, ¿Me extrañaste?—catalogó con sorna, siendo tan consciente del ambiente incómodo que creo al besar a su esposo en medio de una conversación con su hermana y niñero.

Sin embargo, Baekhyun se mostró tan sereno ante el acto, como si una simple unión de labios no le afectaba ni en lo más mínimo; no cuando sabía perfectamente que de su garganta se desgarró placenteramente el nombre del aludido mientras tal castaña no estuvo en casa.








Continuará....

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