Capítulo 27

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—¿Dónde está Baekhyun?

Lo que menos se esperaba Chanyeol al regresar a casa luego de salir triunfador una vez más en un caso; sería no encontrar a su lindo niñero rondando por la casa con esa cálida aura de primavera. La sensación de no ver a Baekhyun por ningún lado, le causaba un frío indescriptible, como si la sola presencia del más bajo podía llenarlo de un calor fervente y al mismo tiempo su despedida podía dispersar esa calidez.

Había sido firme al preguntar, nadie más que Seohyun debía saber sobre el paradero del mencionado.

—Él renunció esta mañana.—Chanyeol frunció el ceño al oír la declaración de su esposa.

—¿Por qué renunciaría? Él amaba a los niños.

Seohyun rodó los ojos con disgusto, tomando arrogante el papel que Baekhyun había cumplido con dejar antes de su partida. Siendo Chanyeol quien lo cogió para detenerse a leer y confirmar por sí mismo que lo que su esposa decía era verdad.

Cuando lo leyó pudo entender a través de cada trazo en tinta, el verdadero significado de las palabras. Claramente decía que se retiraba por problemas personales, su madre estaba enferma y necesitaba cuidar de ella, en la carta agradeció la oportunidad de trabajo y también se disculpaba por el inconveniente imprevisto, siendo terminada con su firma en respuesta a que confirmaba su renuncia. Pero Chanyeol sabía a lo que se refería, porque su madre había muerto y estaba seguro que Seohyun tuvo que ver en la desaparición del muchacho. Le intrigaba saber, pero no podía hablar sin tener todas las piezas del rompecabezas en su mesa. Lanzarse a completar el juego era lo equivalente a revelar sus pruebas ante su enemigo.

—¿Lo ves? Es muy triste, porque no pensé que algún día él..—hizo una pausa—se iría. Tan felices que estaban los niños.—infundió la castaña, riendo un poco de forma disimulada.

—¿A donde piensas enviar a los niños?—le preguntó.

—Mi secretaria tiene una hermana que estuvo aquí durante las entrevistas, por el momento en lo que su trimestre en la universidad termina, tomé la decisión de colocar a los niños en una guardería hasta su llegada.

—Entonces encárgate que esa chica llegué lo más pronto posible, no quiero tener que ver a mis hijos en una puta  guardería. 

Chanyeol estaba enojado, no podía, joder claro que no pensaba dejar que Baekhyun se le fuese tan fácil de las manos. Lo quería atado a él, de todas las formas posibles. Nadie podría darle ese tipo de liberación que su niñero le otorgaba plácidamente. Nadie más que él, resolvería la tensión que le recorría por su cuerpo, Baekhyun era lo único que necesitaba para sentirse en paz emocional y físicamente. Aunque en el fondo se preguntaba ¿Por qué deseaba tanto tener a Baekhyun? ¿Por qué le importaba más el hecho de que tal bajo desapareciera de su vida y no el equilibrio desigual que su matrimonio estaba teniendo? Tal vez su pregunta sí tenia una respuesta clara, le gustaba, le fascina y le encantaba Baekhyun, tanto como para sentir su ausencia con el concordar de los días, pero era consciente que aunque pudiese sentir algo hacia el menor, sus hijos siempre iban a ir antes de todo.




















Las milésimas gotas de la lluvia, se deslizaban con facilidad sobre la tela plástica de su paraguas, como nieve desapareciendo al calor del sol.

Baekhyun caminaba con lentitud por las lluviosas calles de la ciudad, tranquilo y con las manos metidas dentro de los bolsillos de su saco; abrió la boca un par de segundos para soltar un largo suspiro de calor que contrastaba en las diferentes temperaturas ambientales.

Las personas corrían alrededor suyo, buscando un refugio para no mojarse, en cambio otras solo caminaban tranquilamente al igual que él, con un paraguas entre sus manos.

El cielo lloraba por cada uno de los pecados de los seres humanos, limpiando sus rastros con cada gota que se derrumbaba del grisáceo cielo que de apoco la oscuridad lo iba consumiendo. A veces las personas eran totalmente injustas consigo mismas, siendo esa enorme atmósfera que parcialmente se fundía en abstractos colores; la única distante para arrastrar con sus corrientes los malos augurios y sabores que la humanidad traía a vivir con ella misma.

La lluvia caía espolvoreando con su frío sabor sobre toda la ciudad, las gotas fluyendo frágiles y densas por los cristales de las ventanas, y la neblina cubriendo hasta disolverse en toda la noche. 

En el fondo de su corazón, el dolor seguía pinchándole sin pudor. Dolía, dolía atrozmente con cada recuerdo. Desde el principio sabía que no debía haber vuelto a abrir su corazón a un hombre, mucho menos a uno casado. Porque sin pensar se enamoró perdidamente de un hombre que jamás le dijo Te amo, por el hecho de estar legalmente unido con otra persona. 

Y aunque quisiera no podía borrar su memoria y olvidar al mayor, no cuando sus palabras más dolorosas seguían presentes en su cabeza, chocando contra cada pared en sus pensamientos.




"No. No me gusta Baekhyun." 


¿Había sido un juego sus sentimientos? El amor es para todos, pero no todos los corazones piensan de la misma manera hacia otro latido. Quizás el amor si era para él, pero el sentimiento tal vez no se encontraba en el corazón de Park Chanyeol.

La gota flácida y húmeda rodó por su mejilla, dejando descansar un camino con dolor entre la finalización de su párpado inferior con la línea en su quijada. Como copos de nieve cayendo en invierno, la lágrima desapareció entre las incondicionales gotas perladas de la lluvia. 

—¿Baekhyun?—la voz masculina sonó tras su espalda, obligándole a girar para ver de quien se trataba.






Continuará....

Two Faces «ChanBaek»Where stories live. Discover now