V e i n t e .

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¿Qué cojones se hace en una situación así? Si la vida real fuese una película, Audrey probablemente se giraría con los ojos llorosos y me daría la mayor bofetada de mi vida. La otra opción es que se la diese a Axel en lugar de a mí. Pero no pasó nada de eso. La cafetería estaba sumida en un silencio asfixiante y tenso. Solo estábamos los cuatro, Lydia se había encargado de sacar a los clientes y cerrar el local. Miré a través del cristal que nos separaba de la calle. Detrás de las ventanas se podía observar a algunos clientes curiosos que trataban de ver qué ocurría dentro y qué había generado tanto alboroto. Lydia se encontraba hablando con la policía, probablemente explicándoles que no había ocurrido nada grave en realidad.

Se me hacía muy raro estar yo dentro de la cafetería, ser parte del alboroto. Nunca antes había presenciado ningún drama de este estilo y me costaba muchísimo creer que yo estaba involucrada en todo lo que ocurría al rededor. Me sentí como una mera espectadora incluso cuando Audrey, quien estaba a mi lado, se giró para verme y después de haber estado observando a Axel un rato.

Esperé que hiciera algo, que dijera algo. Esperaba que me llamase de todo, pero no hizo absolutamente nada y eso me puso más nerviosa. ¿Quería que fuese yo quien dijese algo? ¿Que le ofreciese una disculpa? Un "lo siento" habría estado bien, pero me sentía demasiado insegura sobre qué hacer como para, de hecho, hacer algo.

Sin embargo, fue Axel quien se decantó finalmente por acabar con el silencio que nos envolvía.

—Eres un capullo, Theodor —bramó. Qué irónico que fuese justo él quien dijese eso. ¿No se suponía que los capullos aquí éramos nosotros? —. ¿De verdad tenías que montar todo este número? ¿Para qué cojones la obligas a enterarse de esta forma?

—Yo no la he llamado —espetó el pelirrojo —. Yo he venido a que me des explicaciones de por qué cojones le estás poniendo los cuernos a tu novia, quien por cierto, es una de mis mejores amigas. Y de tus mejores, también.

Axel levantó la mano y señaló su labio.

—Ah, claro. No me acordaba que las conversaciones entre dos personas empezaban así —ironizó.

—Y yo no me acordaba de que eras un puto egoísta de mierda hasta que me has soltado "no es asunto tuyo". ¿Qué pensabas? ¿Que me quedase sentado esperando hasta que tú tuvieses los cojones de decírselo con suavidad? —dijo Theodor —. Tú no haces eso. Nunca lo has hecho. Lo único que haces cuándo te ves envuelto en un conflicto es cerrar los ojos y fingir que no eres parte del problema. Lo "correcto" para ti es cualquier cosa que te venga bien en ese momento.

—Te lo voy a volver a repetir, esto no es asunto tuyo. Me llamas egoísta, pero estás aquí haciendo tuyo algo en lo que no formas parte. Tú no deberías estar enfadado, ella debería estarlo —respondió Axel mirando a Audrey —. Es la única que tiene derecho.

La mandíbula de Theodor volvió a tensarse y le echó una mirada a Axel cargada de odio. No voy a negar que Axel se estaba comportando como un capullo, dada la situación. Se supone que deberíamos habernos disculpado, pero ahí estaba él discutiendo y argumentando, cuando las cosas eran simples en realidad: él y yo la habíamos cagado. Punto. No había más.

—Parad los dos, en serio —interrumpió Audrey. Miró a Axel desafiante, aunque su postura y el tono de su voz no demostraba más que inseguridad —. ¿Cómo puedes culpar a Theodor por esto? Por si no te has dado cuenta, somos un grupo, Axel. Tú, Archie, Theodor, Ciara y yo. Lo que pase entre nosotros afecta a todo el grupo.

—Todo eso se fue a la mierda en el momento en el que esto empezó —se señaló a sí mismo y más tarde a Audrey —. Estoy hasta la polla de que siempre señaléis mi egoísmo mientras hacéis cosas por vosotros mismos y nadie más todo el puto rato. ¿Acaso no éramos un grupo cuándo me besaste por primera vez, Audrey? —le echó en cara. Los labios de ella formaron una línea. Las cosas se ponían cada vez peor y yo seguía sin tener idea de qué hacer —. Te recuerdo que fuiste tú quien me puso contra la espada y la pared. ¿Te crees que no me importáis? ¿Qué me da igual que dejemos de ser amigos, y que por eso he tirado todo por la borda por la primera chica que se me ha cruzado? —Ni siquiera me miró al decir eso. Si debería haberme importado, no lo hizo. Estaba demasiado pendiente de las reacciones de los demás —. Tú sabías desde el principio que no estaba enamorado de ti, y te dio igual. Sabías que vosotros erais los únicos amigos que tenía, y te dio igual. ¿Me vais a culpar por no enamorarme de ti? Pues adelante. Pero culparme a mis espaldas porque a mí no me vais a ver la cara más.

Zoe & Axel ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora