Capítulo 18

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No he vuelto a hablar con Carla.

– ¡No puedes vivirlo! –repite la cabeza y espera, a fuerza de hacerlo, convencer al corazón. Pero él nada, como si no lo entendiese.

– ¿Por qué no puedo? –pregunta el corazón.

– Porque no tienes tiempo, tienes otras cosas en que pensar: Camilla, tu madre, tu padre… –Ahora es difícil usar la palabra “familia” para reunirlos en un concepto.– Y además, si Malari descubre que estáis juntas, también machacará a Carla en los exámenes. ¿Lo habías pensado?

No, el corazón no piensa, pero escucha. Le parecen buenos motivos  y claudica ante las órdenes de la cabeza.

Desconecto el móvil.

Pasado mañana es la primera prueba, abro el Segre, sigo repasando. Y seguro que Carla está aquí, sobre estoy mismos libros, quizás en la misma página que yo. Estará repasando los detalles, las fechas, los nombres, porque ella tiene poca memoria. ¿Y yo? ¿Y mis libros? Nada, no hay nada que hacer. Abro el libro y la veo a ella, entonces leo en voz alta, para convencerme de que estoy estudiando a Quasimodo y no estudiando a Carla.

Hace una hora que leo las misma dos páginas del libro de italiano. Y me doy cuenta de que de Carla Quasimodo me lo sé todo, pero de Salvatore no sé nada.

Las estrellas se pueden contar (versión lésbica)Where stories live. Discover now