8. en casa

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(n/a: el gif 🤤)

—¿Dylan? —abrí mucho los ojos. No esperaba una visita suya y menos con Alex en casa.

—Hola, Grace —me saludó simpaticamente—. Y hola...

—Alex —pronunció ella detrás mío. Sabía que ella estaba muy confundida al igual que yo.

—Ah, pasa, pasa —lo invité y él agradeció, pasando a la sala.

El ambiente se puso extraño. Alex tenía polvo naranja de cheetos en la cara pero no era el mejor momento para avisarle.

Max empezó a ladrar más, corriendo hacia Dylan y lamiendolo.

—¡Hey, Max! —lo saludó, revolviendo su claro pelaje.

Dylan me sonrió incómodo cuando volvió su mirada hacia mí. Se veía muy bien, vestido informal, pero lo hacía ver joven y atractivo. Bueno, él sólo tenía veinte años, no era demasiado mayor.

—Eh, ¿a qué se debe tu agradable visita? —le pregunté, caminando por la sala.

—Oh, claro, seguro aún no sabes —lo miré confundida—. Tu mamá me pidió que cuidara a Max. Bueno, en realidad sólo debo de venir a darle unas croquetas...

Eso no me lo esperaba tampoco.

Escuché como Alex reía por lo bajo, seguro le parecía una situación muy cómica, pero la fulminé con la mirada. Volví hacia Dylan.

—Oh, vaya. Muchas gracias. Pero... no tenemos... ya sabes...

—Por el dinero no te preocupes. Es un placer venir con Max. Le hice el favor a tú mamá. Yo tengo unas croquetas medicinales en casa y como Lola no las necesita, yo puedo traerselas.

—Espero que no sea molestia —solté avergonzada. ¿Por qué mamá no había simplemente comprado las croquetas y ya?

—Para nada, Grace. Oh, y, por cierto, tu mamá me pidió que viniera en las mañanas y tardes.

—Pero en las tardes estoy yo...

—Lo sé, pero ella dijo que a veces también llegabas tarde.

—Oh.

Le sonreí una vez más, sintiéndome aún mas avergonzada que antes. Esa situación, y el que él sepa la situación mía y de mamá me resultaba demasiado incómodo.

El chico sacó de su bolsillo una bolsa de papel algo arrugada.

—¿Puedo? —me pregunto, acercándose a Max, quién aún estaba hiperactivo.

—C-claro —tartamudeé. Dylan depósito las croquetas en el plato de Max, y el perro empezó a comer como loco.

Me sorprendió la actitud de Max. Ahora entendía porqué habia estado tan feliz cuando Alex y yo habiamos llegado. Sonreí hacia aquella tierna escena.

—¿Dylan, cierto? —preguntó Alex, caminando hacia él con una actitud seria, pero aún portaba cheeto en la cara. Quise reír muy fuerte, pero me aguanté.

El chico sonrió y señaló con su dedo la parte izquierda de su cara, haciéndola saber que tenía algo. Ella lo imitó y se dió cuenta del amarillento polvo que había portado todo ese tiempo.

—¡Mierda! —rechistó, quitándose todo el polvo restante—. Lo siento.

—No pasa nada. Sí, soy Dylan. El vecino.

Alex había escuchado de Dylan por lo que yo le contaba, pero jamás había tenido el gusto de verlo en persona. En realidad verlos ahi juntos en mi casa me parecía algo surreal.

ɴᴏ ᴊᴜᴇɢᴜᴇꜱ ᴄᴏɴᴍɪɢᴏ, ᴛ | Timothée Chalametजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें