15. helados

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De verdad pensé que sería agradable el paseo en auto junto al chico de cabello rizado. Pero tenía que empezar a acostumbrarme las extrañas peleas entre él y yo.

Todo inició porque yo quería escuchar una canción que empezó a sonar en la radio. Say You Won't Let Go de James Arthur sonaba a un volumen tranquilo, pero no pasaron ni diez segundos para que Timothée la quitara de repente.

—Ey, ¿Por qué la quitaste? —me quejé, regresando a la estación de radio donde estaba sonando.

T, en rebeldía y sin decir nada, volvió a cambiar el canal de radio.

—¿Qué te pasa? —insistí molesta.

—Me da flojera esa canción —contestó serio. Lo miré como si fuera un niño malcriado.

—Pero es muy bonita, a mí me gusta. Déjala —le pedí, volviendo a regresar a la canción.

Esta vez él no la volvió a quitar, pero pude mirarlo rodar los ojos. Sus dos manos posadas en el volante y atento en el camino lo hacían ver maduro y por alguna razón mayor. Me recordó a Dylan.

—Pensé que tenías buenos gustos —se quejó.

—Los tengo. Esa es un ejemplo de mi buen gusto —expliqué obvia.

—El pop actual es aburrido y superficial. No entiendo porqué es tan escuchado habiendo otros géneros tan buenos...

—Siempre es bueno escuchar de todo, T. El pop es buen género —quise convencerlo, pero sabiendo lo terco que era supe que no lo lograría de forma tan sencilla.

Parecía más centrado en la conversación, despejando de vez en cuando una mano del volante mientras hablaba. Ya era tarde, las luces de los autos, semáforos y farolas las únicas que alumbraban nuestro camino. Aún seguía sin saber hacia donde nos dirigíamos, pero le había perdido el miedo a Timothée, y al mismo tiempo le había ganado confianza.

—Nunca dije que el pop no fuera bueno. Yo me refiero al actual. La música se ha vuelto un asqueroso negocio y eso ha arruinado la magia del pop. Seguramente esta patética canción que está sonando ni siquiera fue escrita por el artista y es la más pagada de su carrera -bufó el chico disgustado con el solo hecho de pensar en aquello. No estaba tan de acuerdo con él.

—No siempre es así, ¿sabes? Deberías relajarte y sólo disfrutar. Si te gusta, te gusta y ya. Si no, pues no lo escuches —dije con claridad.

—Pues eso no me gusta y por eso no lo escucho —explicó enojado. No entendía su mal genio, sólo era una tonta conversación cualquiera.

—Está bien, pero quizás deberías darle oportunidad a otras cosas... —le sugerí, tratando de no enfurecerlo más, pero logré todo lo contrario.

—¿Por qué siempre me llevas la contraria, García? —resopló fastidiado.

Había estado viendo al camino todo el tiempo, pero esta vez había volteado a verme, sus brazos tensados y su expresión molesta. Me sentí frustrada por su constante actitud enojada y su terrible genio. Nunca sabía si la pasaría bien a su lado o no. Pero recordé que ese viaje lo hacía más por él que por mí. Porque lo había visto llorar y quería que se sintiera mejor. Porque soy una buena persona, eso era todo. Sin embargo, no quería aguantar sus estúpidas conductas.

—No es así, Chalamet. Sólo te daba un consejo.

—Ya —replicó con apatía.

Rodé los ojos.

—También te aconsejo que deberías ser menos necio y gruñón —solté cruzándome de brazos y mirando por la ventana.

—Gracias, pero no pedí tu consejo.

ɴᴏ ᴊᴜᴇɢᴜᴇꜱ ᴄᴏɴᴍɪɢᴏ, ᴛ | Timothée ChalametWhere stories live. Discover now