𝖝𝖎. ᴘᴀɴ ғʀᴇsᴄᴏ.

191 29 2
                                    

Había llegado a la casa de la familia Emeraude con el traslador, aún no terminaba de acostumbrarme y me caía la mayoría del tiempo. El señor Emeraude me recibió con un agradable abrazo, el cual se me hizo extraño ya que él siempre mantenía distante y con una postura firme, y ahora como por arte de magia estaba demasiado contento.

Durante la cena hablamos parcialmente de cada uno, Tomas había rendido sus TIMO este año, y el señor Emeraude estaba más ansioso que el mismo Tomas. A mi ya no me molestaban tanto como antes en cuanto al asunto de Lorcan, así que pude estar tranquila los últimos meses y no tuve mucho que contar.

Al acabar la cena fui directo a mi habitación a deshacer mi baúl y poder darme una ducha antes de dormir.

—Hola, Marie. —dice Tomas entrando con entusiasmo. —Me encanta estar en casa, ¿A ti no? —suspira y se tira a mi cama.

—Claro. —digo riendo mientras acomodo mi ropa.

—Quita esa cara larga, mis padres me dijeron que en aproximadamente un mes y medio habrá una fiesta en la casa.

—¿Aquí? —resoplo.

—Te dije que en algunas ocasiones pueden ser divertidas. —me mira alzando una ceja. —Bueno, si te interesa saber la vida privada de gente que aún no conoces.

—Y no me interesa. —río. —¿Acaban muy tarde?

—¿No te gusta amanecerte? —se burla. —Normalmente como a las tres de la mañana ya no hay nadie. Son buenas, Marie, confía en mi.

...

Los días siguientes me dedique a leer varios libros que estaban en la biblioteca de la casa, había un montón de libros viejos que eran bastante interesantes como por ejemplo; "La Magia mas Malvada del siglo Cincuenta", "Sonetos de una Piedra", "Sombra y Espíritus", "La guía Oscura de la Nigromancia", "La Verdadera Historia del Ópalo de Fuego", "La Maldición Imperio y cómo usarla" y "Mis ojos y cómo mirar al pasado con ellos" de Sybill Trelawney.

—Siempre estás aquí. —murmura Tomas entrando a la biblioteca.

—Estoy aprendiendo.

—Sólo son un montón de libros viejos, Marie.

—No, nada de eso, estoy aprendiendo a liberar mi magia. Mira esto. —Acerco una vela encendida a mi.

Pongo la yema de mi dedo índice en la llama de la vela, haciendo que la llama se quede en mi dedo sin quemarme, junto los dedos y la llama se divide parcialmente entre los cinco dedos de mi mano.

—Eso es genial, no sabía que se podía hacer eso. —dice y yo dejo la llama de nuevo en la vela.

—Yo tampoco, pero estoy aprendiendo a invocar fuego con mis manos, esto es un gran comienzo. —animo con entusiasmo.

—Muy bien, cuatro ojos. —me chincha. —Te dejaré para que sigas siendo una nerd. —nos reímos y se marchó de la biblioteca.

Seguí practicando, estaba muy emocionada de aprender esas cosas que nadie más sabía, yo podía hacer cosas que otros no. El truco con el fuego me salía más fácil que el truco de la moneda, esta última siempre salía disparada clavándose donde fuese y no se detenía.

—Marie, mañana por la mañana iremos por los vestidos para la fiesta, ¿te parece bien? —anuncia Agatha irrumpiendo en mi habitación.

—Sí, claro. —respondo con una sonrisa.

—¿Tienes una idea de cómo irás? —cuestiona y me quedo pensativa, no lo había pensado. —Si te sirve de ayuda, el negro te queda muy bien. —me guiña un ojo y se va.

𝐁𝐞𝐥𝐥𝐚𝐭𝐫𝐢𝐱 𝐊𝐫𝐮𝐦¹ © ┊ ᵗʰⁱʳᵈ ᵍᵉⁿᵉʳᵃᵗⁱᵒⁿ [Terminada] Where stories live. Discover now