𝖝𝖝. ʙᴏᴅᴀ.

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Volver a casa sin aquel collar me destrozaba el alma, pero por más que lo buscara, el collar no apareció. Agatha me prometió comprarme uno parecido, pero no era el collar como tal, era el valor sentimental que éste tenía.

—Marie, hay algo importante que debes aprender antes de la boda. —murmura el señor Tom con el semblante serio.

—¿Qué cosa? —cuestiono sin mirarlo.

Oclumancia, en la boda habrá mucha gente. —levanto la vista y lo miro duditativa.

—¿Y cómo voy a aprenderlo?

—Voy a enseñarte, mientras tanto voy a pedirte que cuando lleguen visitas, no salgas de tu habitación.

—Nunca vienen visitas.

—Pero ahora Tomas va a casarse y vendrán los Malfoy casi todos los días.

—Claro, Mala Fe. —suelto sarcástica.

—Marie... —advierte.

—Sólo era una broma.

Aprender Oclumancia era más difícil de lo que pensaba, mientras más intentaba poner mi mente en blanco y despejar mi mente de ciertos recuerdos, más me acordaba de ellos.

¡Legeremens! —escupe por enésima vez el señor Tom.

—Vamos, ven, Marie... —estaba junto a Gabrielle en la playa. —Si no entras es porque eres un gato, un gato muy apestoso.

El recuerdo desaparece como humo y aparece otro.

—¿Quieres ver? —Dominik se había desaparecido y reaparecido en otro lugar de la casa.

—¡Genial! ¡Hazlo de nuevo! —tenía ocho años.

Se esfuma también.

—Prometo enviarte muchas cartas, Marie, lo prometo. —estaba junto a Gabrielle y Dominik en el andén 9¾.

El recuerdo desaparece.

—Mi nombre es Scorpius Malfoy, pero no soy venenoso, ni como un Escorpión, ni como una Serpiente, y antes de que lo digas... Mi apellido no me define, y no, no soy hijo de Voldemort... Soy un buen chico.

El recuerdo sale de mi mente al igual que los anteriores.

—Ya se me ve barriga, ¿no? Será un niño.

Sentía como si los recuerdos azotaran mi mente y mi pecho, pienso en... En... Blanco.

—Ya no... Ya no, señor Tom... Por favor... —ruego. Los recuerdos me herían.

—Lograste sacarme. Si lo hicieras desde un principio, no estarías sufriendo tanto.

—No iré a la boda, no iré. —mi respiración era agitada a causa del esfuerzo mental, tenía una punzada en la sienes que no me dejaban ver con claridad.

—No seas débil, Marie. Bellatrix significa guerrera, se una guerrera. —Me apunta con su varita de nuevo. —¡Legeremens!

—¡Albus...! —el recuerdo de Albus con un brazo roto llega a mi mente.

Blanco... La imagen se esfuma tan rápido como apareció.

—Sigue así, hasta la boda ya sabrás dominarlo. —me aprieta el hombro en forma de consuelo. —Mantén tu mente cerrada siempre, el hechizo se puede hacer no verbalmente y sin varita.

𝐁𝐞𝐥𝐥𝐚𝐭𝐫𝐢𝐱 𝐊𝐫𝐮𝐦¹ © ┊ ᵗʰⁱʳᵈ ᵍᵉⁿᵉʳᵃᵗⁱᵒⁿ [Terminada] Where stories live. Discover now