𝖝𝖛𝖎. ¿ᴘʀᴏʙʟᴇᴍᴀs ᴇɴ ᴇʟ ᴘᴀʀᴀɪ́sᴏ?

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Lo que sucedió en el tren ahora era el foco de atención en el castillo, me sentía agradecida de que por fin no era yo el foco central, ya nadie me miraba de reojo como si me juzgaran por cosas que no había hecho o que no había hecho con intención.

Este nuevo año escolar me sentía más sola que nunca, veía a mi al rededor y todos estaban riéndose y hablando cálidamente con otra persona, todos menos yo. Mis tres mejores amigos habían dejado de ser mis mejores amigos, algo había pasado en verano que ahora Albus y Scorpius podían estar juntos como si nada, dejé de sentarme donde siempre, donde podía verlos cara a cara ya que no soportaba el hecho de que ellos podían reírse y hablar animadamente mientras yo estaba sola, siempre sola.

Entendía la situación de Lorcan, dijo que su quinto año había sido difícil por los TIMO, pero que sin duda este año era el más exigente académicamente, por el tema de que sus clases eran a nivel EXTASIS. Además, no dejaba de tener deberes de prefecto, y aunque intentábamos estar juntos al menos para hacer nuestros deberes, cuando él no podía estar, entonces no tenía a nadie más.

Era como si yo no existiera, durante el día nadie me saludaba ni me decía nada, ni siquiera me miraban con reprocho. Empecé a sentarme al fondo de las clases y el puesto a mi lado siempre se quedaba vacío, en el comedor ya casi nunca Tomas se sentaba conmigo, estaba ocupado todo el tiempo por el hecho de ser premio anual y con lo que se suscitó en el tren no disponía de mucho tiempo. También debía estudiar para los EXTASIS que tendría éste año, su último año.

Lo que más me dolió durante el verano, es que me había esforzado todo este tiempo en ser una alumna excepcional, intentaba sacar las mejores notas y la mayor parte del tiempo lo conseguía, era responsable y poco problemática, pero no me escogieron como prefecta de mi casa, era como si todo mi esfuerzo hubiera sido arrojado a la basura antes de si quiera tomarlo en cuenta.

—¿Problemas en el paraíso? —susurra Lucy apareciendo de la nada haciendo que suelte un leve chillido.

—¡Lucy! ¿Por qué no te anuncias cuando llegas? ¡Pudiste haberme matado! —suelta una gran carcajada ganándose un Sh!" de todos los que estaban en ese pasillo de la biblioteca.

—Sí lo hice, dije "¿Problemas en el paraíso?" —bufo con gracia. —¿Entonces...?

—Bueno, no todo va como quisiera. —me encojo de hombros. —Pero no hay nada que pueda hacerse.

—Al menos no eres prefecta, estarías mucho más agobiada. —frunso los labios y miró al suelo dubitativa. —Oh, toqué fibra sensible. —suelta una risita. —Yo también quería ser prefecta, pero al parecer para McGonagall y la profesora Snyde; Fudge y Malfoy son más capaces que yo.

—Ambos tienen sus cosas... —me limito a decir.

—Fudge es... Lo más cercano a brillante, eso lo sé ¿Pero Malfoy? —ríe. —Sólo falta que Potter sea capitán del equipo de quidditch de Slyterin ¡Ni siquiera puede hacer volar su escoba! —no pude evitar reírme, no precisamente por su burla, si no por el recuerdo que tenía de todas las quejas de Albus.

—¿Tienes reloj? —pregunto intentando cambiar de tema.

—¿Reloj? —cuestiona.

—Sí, para ver la hora.

—¡Sé para que sirve un reloj! —ríe. —Me refiero a que no podemos usar reloj.

—No estoy entendiendo.

—¿De donde saliste? —bromea. —Es tradicional que tus padres te regalen un reloj cuando cumplas tu mayoría de edad.

—Ah, supongo.

𝐁𝐞𝐥𝐥𝐚𝐭𝐫𝐢𝐱 𝐊𝐫𝐮𝐦¹ © ┊ ᵗʰⁱʳᵈ ᵍᵉⁿᵉʳᵃᵗⁱᵒⁿ [Terminada] Where stories live. Discover now