𝖝𝖝𝖛𝖎𝖝. sɪᴇᴛᴇ sᴀᴘᴏs.

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Esa noche imaginé a Batul reprochándome por ir a esa fiesta, aunque más de una compañera de habitación iría también. Me la imaginé diciéndome todas las consecuencias que podría tener al ir.

Pero tuve que conformarme con sólo eso, con el recuerdo. No había nada más.

—¿Te acompaño?

—No, gracias, Evan. —sonreí mirando el reloj de mi muñeca.

—Aún sales con Scamander, ¿no es así?

—Sí, pero no sé trata de eso. —volteé a verlo. —Eres muy amable, Evan. Pero Albus viene por mí.

—Te admiro mucho, Krum. —admitió llevándose la mano a su garganta. Vi como un anillo vislumbraba en su dedo medio. —Tu gusto por lo que a nadie le gusta, tu intento de ser buena cuando dentro de ti sabes que eso no es lo tuyo.

—Eso es muy curioso viniendo de ti, Evan. —digo sonriendo, pero ya no era un sonrisa sincera. —Has pasado toda nuestra vida escolar actuando como si yo no existiera, y ahora quieres hablar como si me conocieras de toda la vida.

—Presto mucha atención. —sonrió. —Dime una cosa, ¿en todo éste tiempo... Con todas las desgracias, has descubierto algo que te mantenga conforme?

—No.

—Te compadezco, Bellatrix Krum, pero te admiro más. Me encanta la forma en la que puedes negar tu propia realidad y fingir que nada está pasando contigo, cuando es obvio que ni tú misma puedes controlar tus sentimientos, sólo ocultarlos hasta de ti. —caminó hacia la salida. —¿Cómo es que eso no te asusta? —se rió y salió sin esperar una respuesta de mi parte.

Intenté no preocuparme por sus palabras. Evan Moon era muy brillante, no tenía mucha información personal sobre él además de era el hijo único de una familia de sangre pura / no purista, modestamente adinerada. La mayoría de su familia habían sido hastall.

Sobre estos también tenía una filosofía. Si al sombrero seleccionador realmente le costaba decidir si un niño pertenecía a una casa o a la otra, entonces éste pertenecía a ambas casas.

Los Moon eran Reverins o Slytherclaws, según en que casa hayan estado realmente. Por ejemplo: Evan era un Reverin; y de eso no quedaba dudas. Para mí esta mezcla era realmente poderosa y peligrosa, por eso lo respetaba e intentaba no contradecir lo que suponía, la mayoría de las veces tenía mucho sentido.

Su instinto Slytherin estaba ahí, y yo no pretendía molestarme por eso, ellos son como son. Mi problema con él era que no sólo era el instinto Slytherin el que reflejaba, el que lo hacía realmente molesto era su lado Revenclaw fusionado con su lado de serpiente. Ser tremendamente ingenioso e inteligente, junto a ser tremendamente astuto y egocéntrico no terminaba de gustarme.

Diez en punto.

Salí de la sala común y me encontré con la escalera vacía, enseguida Albus apareció cuando se sacó la mano peluda.

—Estoy agotado. —suspiró Albus. —Fui junto a Scorpius y Ruby hasta ese salón en el sexto piso, luego tuve subir hasta aquí por ti.

—¿Gracias?

—Sí, gracias. —sonrió burlón y se peinó el cabello hacia atrás con su mano. —No sé como haces este trayecto todos los días y aún sigues sin nalgas.

Me acerqué dispuesta a darle un manotazo, pero desapareció al ponerse de nuevo la mano.

—¿Nos vamos o qué? —preguntó aún sin aparecerse.

—Bien. —gruñí. Se sacó la mano de nuevo para que lo tomara del hombro y luego volvérsela a poner y desaparecer juntos.

Se supone que la sala común de Revenclaw estaba en la torre más alta de Hogwarts, así que sólo debíamos bajar hasta el sexto piso, pasando por los despachos de mi jefa de casa y por el despacho del jefe de la casa de Gryffindor. Luego de pasar por allí estaríamos a salvo.

𝐁𝐞𝐥𝐥𝐚𝐭𝐫𝐢𝐱 𝐊𝐫𝐮𝐦¹ © ┊ ᵗʰⁱʳᵈ ᵍᵉⁿᵉʳᵃᵗⁱᵒⁿ [Terminada] Where stories live. Discover now