Mi Terco Doncel 《NamJin》

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Namjoon mantiene su vista puesta en el castaño, quien parece perdido en sus pensamientos. Un enorme sentimiento de pesadez se apodera de él y la contrariedad no tarda en llegar.

¿Es que no podía tener un respiro? ¿Por qué parecía que su matrimonio se hundía más con cada acción suya?

Una sensación de anugo se instala en su garganta y duda durante un largo rato sobre cómo abordar el tema del condón roto y su posible consecuencia.

Y le dolía aquello.

Por supuesto que le dolía ser consciente de cuanto repudiaba Seokjin la idea de ser padre, pero más le dolía que lo creyera capaz de intentar dejarlo embarazado en contra de su voluntad.

Es decir, sí, desea tener un hijo con Seokjin, pero más desea que el castaño también así lo quiera.

--Jin. -llama al cabo de un rato --Yo no...

--No quiero hablar al respecto.

La cortante respuesta del apuesto doncel lo toma algo desprevenido y lo hace guardar silencio nuevamente.

A su vez, Seokjin le dedica una efímera mirada antes de desviar la vista hacia un costado. Sus pensamientos son un caos total y se entremezclan, confundiéndolo en sobre manera.

Por el rabillo del ojo nota que Namjoon lo está mirando fijamente y el remordimiento lo golpea porque sabe que fue injusto al acusarlo de lo que pasó con el condón, más no tiene las ideas lo suficientemente claras como para tratar aquello en ese momento.

Él trata, en serio que trata de encarrilar y poner orden a sus pensamientos, pero está dividido entre la preocupación por Taehyung y su propio dilema emocional.

--Necesito ayudar a Taehyung. -piensa en voz alta a la par que pasa ambas manos con frustración por su rostro.

--Más bien necesitas dejar que tu hermano resuelva sus problemas y concentrarte en los tuyos. -Nam declara estas palabras con cierta rudeza, ganándose la atención de su esposo, quién frunce el ceño al instante.

--Quizás yo no estaría preocupándome por él si alguien no lo hubiera acusado falsamente de algo que no hizo. -responde con un tono ácido y reprochante que hace al más alto soltar un bufido.

--¿En serio vamos a empezar con esto? -cuestiona con cierto fastidio. Ya cansado de que Seokjin se negara a ver la realidad --Yo vi a Taehyung con mis propios ojos. No es ningún invento.

--Mientes. -refuta con seguridad --Tae jamás haría tal cosa.

--¿Cómo diablos puedes estar tan seguro de ello como para defenderlo ciegamente? Taehyung no es ningún santo y lo sabes bien.

--Deja de hablar de él. -sisea en amenaza --Ni siquiera tienes pruebas de lo que dices.

--Ya te dije que sí las tenía.

--Oh, sí, por supuesto. -entona con sarcasmo --Las mismas pruebas que Hoseok destruyó, ¡que conveniente!

Namjoon se muerde la lengua y evita soltar una maldición. Ni siquiera sabe para qué se molesta en seguir el tema cuando está más que claro que no llegarán a ninguna parte, pero es que en serio le exasperaba la facilidad con la que Seokjin lo tachada de mentiroso mientras que -a la misma vez- no ponía en duda ni por un instante la palabra del castaño menor. Se sentía tentando a recuperar aquellas fotos que, por la paz, prefirió dar por perdidas.

--¿En serio no te has planteado aunque sea una vez la posibilidad de que Taehyung no esté siendo totalmente sincero contigo?

--No. -contesta con premura --Él nunca me mentiría.