EPÍLOGO

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Los constantes movimientos provenientes de su muy abultado vientre logran sacar del mundo de los sueños a Seokjin, quien deja escapar un suspiro lleno de resignación puesto que esa sería otra noche en la que prácticamente no podría dormir. Y es que a su bebé le gustaba estirarse a altas horas de la noche.

Miró a su izquierda donde un profundamente dormido Namjoon soltaba leves ronquidos antes de incorporarse hasta quedar sentado y estirar su brazo en dirección a su esposo.

--Namjoon. -llamó sin obtener respuesta --Nam. -intenta nuevamente, esta vez removiendo al de hoyuelos y apenas logrando un ummm entre sueños de este, quien no se digna ni siquiera a abrir los ojos.

Durante varios segundos Jin se queda mirando a la nada y así habría permanecido de no ser por una patadita que logró sacarlo de su letargo. Con cariño llevó ambas manos a su panza de nueve meses y empezó a dejar leves caricias por toda la zona.

Generalmente era Namjoon el encargado de aquella tarea, logrando con esto apaciguar los constantes movimientos en su interior. Era increíble la capacidad de reconocimiento de aquel pequeño ser, el cual parecía tener muy claro quien debía darle mimos y cariños y en qué horario.

Y era fácil deducir que la razón no era más que la mera costumbre, puesto que durante el día Namjoon no estaba en casa y Jin no tenía mayores complicaciones que las de comer, dormir y proteger a su vástago mientras que, una vez Nam regresaba del trabajo, este asumía la responsabilidad de cuidar y mimar a ambos.

Jin se remueve incómodo y, por alguna extraña razón, la necesidad de tomar un baño caliente se hace presente.

--Voy a tomar un baño. -informa aunque bien sabía que no sería realmente escuchado. Bufa indignado por la falta de reacción del adverso.

¿Qué se supone debía hacer un doncel demasiado apuesto y embarazado para obtener algo de atención? -rezonga por lo bajo aún cuando es consciente de lo tonto que es aquello.

Porque no, no es que Namjoon no le prestara suficiente atención. Al contrario, el mayor estaba completamente al pendiente de su esposo y su bebé incluso en horas de trabajo. Seokjin hasta solía bromear en ocasiones asegurándole que no podría mantener la empresa a flote de seguir así. En respuesta el de hoyuelos solo reía, asegurando que podía perfectamente con todo.

Y de hecho lo hacía, pero existían días -como ese- en los que llegaba exhausto a casa y se dormía tan profundamente que era difícil despertarlo.

Jin llegó hasta el cuarto de baño donde empezó a llenar la bañera de agua caliente mientras su mente -un tanto adormilada- recién se cuestionaba porqué rayos iba a tomar un baño a esa hora. Realmente no lo entendía del todo, pero tampoco iba a darle muchas vueltas al asunto.

Empezó a quitarse su pijama de manera perezosa antes de meterse a la bañera con un intenso sentimiento de desazón.

Lo cierto es que no le apetecía bañarse solo, pero por múltiples razones se resistía a pedirle a Namjoon que lo acompañara. Una de ellas era porque no quería perturbar su sueño y la otra porque, aunque ellos han estado trabajando en su relación y la comunicación como pareja, recurriendo incluso a ayuda profesional, lo cierto es que todavía le costaba un poco expresarse con total libertad.

Su terapeuta matrimonial ya le había dicho que todo era un proceso y que podía tomarse su tiempo. Y eso hacía.

Tanto él como Namjoon iban a su propio ritmo y les estaba funcionando bastante bien. Claro, estaban lejos de ser la pareja perfecta, pero eso era lo de menos. Después de todo se amaban, eran felices juntos y se esforzaban cada día por hacer las cosas bien.

Mi Terco Doncel 《NamJin》Where stories live. Discover now