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Taehyung se encamina con una actitud relajada pero totalmente indiferente a todo a su alrededor, actuando como si fuera parte de aquella empresa y de las personas que trabajaban allí para pasar desapercibido y llegar sin problemas hasta el piso donde se situaba la oficina de Namjoon.

Gracias a que esa no era la primera vez que iba, no tuvo problemas en encontrarla.

--Vengo a ver a Namjoon. -avisa justo cuando la joven mujer detrás del escritorio se disponía a abrir la boca.

--Lo siento, el señor Kim pidió no ser molestado. -explica esta con una sonrisa educada.

--Estoy seguro de que me recibirá. Avísele que Taehyung ha venido a verlo, por favor.

Ante la insistencia y determinación del joven doncel, la fémina no tiene más opción que tomar el teléfono y hacer lo que este le pedía. Nada más escucha la voz de Namjoon a través del teléfono se apresura a justificar su llamada --Disculpe que lo moleste, pero un joven de nombre Taehyung insiste en verlo... Taehyung... de acuerdo...

Tae esboza una sonrisa cortés cuando la joven le indica que pase, pero una vez abre la puerta en donde se encuentra grabado el nombre de su cuñado adopta una expresión seria.

--Que sorpresa tenerte por aquí, Taehyung.

Taehyung le dedica una mirada crítica sin responder a su saludo, recibiendo una sonrisa leve en respuesta por quién decide dejar pasar por alto aquella actitud tan atípica en él. Aunque bueno, quizás no tan atípica. Después de todo el adorable chico de sonrisa cuadrada había cambiado ligeramente su personalidad dulce y tranquila por una un poco más rebelde.

--¿A qué rayos se supone que estás jugando? -cuestiona entonces con el ceño fruncido --¿No se supone que amas a mi hermano?

Namjoon exhala un suspiro cansino. Seriamente no sabía ni qué contestar.

¿Que si no amaba a Seokjin? La respuesta era tan contundente que le quemaba el pecho de solo pensar en ella. Amaba a su indomable esposo más que a su propia vida, pero ese amor tan desmedido parecía ser el problema de todo.

--Es complicado. -musita con tristeza --Lo que yo sienta no es relevante.

--¡Por supuesto que lo es! -exclama el más joven con frustración --No puedo creer lo cabeza dura que son ambos.

Y es que lo eran.

Su hermano sufría en silencio aunque no lo admitiera. Tae ya había pasado por la situación en la que estaba Seokjin. Embarazado y lejos del hombre al que amaba. Y aunque había contado con su hermano mayor dándole apoyo en todo momento, la experiencia igual fue terrible, por lo cual no le es difícil imaginarse que Jin la esta pasando peor al estar prácticamente solo. Y aunque gustoso él iría a acompañarlo, sabía muy bien quien era la persona que en verdad necesitaba a su lado.

Es por eso que se había atrevido a presentarse ante Namjoon a sabiendas de que Seokjin pegaría el grito al cielo de saberlo.

--¿Cómo está él? -cuestiona el de hoyuelos sin poder contenerse. Y es que fuera de los reportes médicos que recibía sobre la salud física de su esposo y la evolución del embarazo, no sabía prácticamente nada más.

Había sido una auto-imposición no inmiscuirse en la vida del castaño más allá de lo relativo al bebé. Y reconocía también que, en parte, lo hacía por cobardía, pues si bien se hizo a un lado para dejarle ser feliz con quien quisiera, todavía no se sentía listo para presenciarlo con sus propios ojos.

--¿Que cómo está? Pues mal, ¿cómo quieres que esté cuando lo alejaste de ti en el momento que más te necesita a su lado? -acusa con resentimiento --... pero es demasiado terco para confesártelo y por lo visto tú demasiado tonto para darte cuenta.

Mi Terco Doncel 《NamJin》Where stories live. Discover now