ENTRE VOLCANES

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¿Alguna vez habéis soñado con esos paisajes tropicales llenos de vegetación, flores coloridas, rocas, aguas claras, edificios de cristal con vistas al mar, terrazas con mesas de mimbre o madera rodeado de palmeras dando sombra y un cocktail o zumo tropical en la mesa?

Así era el Hotel Meliá de Costa Teguise, Lanzarote, un resort de lujo donde Derek se hospedaría con su familia aquel verano una semana entera y donde realmente disfrutaría de su historia.

Mallorca y Menorca estuvieron bien pero, como era más pequeño, tampoco le entusiasmó recordar dos veces aquellos poblados cartagineses, no obstante, Lanzarote fue un auténtico paraíso para él.

La historia con la que más presumiría con sus amigos al volver a su ciudad, sería el haber podido conocer la casa-volcán de César Manrique. El estudio fue construido entre burbujas lávicas que dejaron las múltiples erupciones sufridas por la isla entre el 1730 y 1736. La planta superior estaba inspirada en la cultura de Lanzarote, mientras que la plata más baja aprovechó cinco burbujas para crear diferentes salas.

Aquella casa tan grande, creativa y con un alrededor con piscina y lleno de vegetación, además de la curiosa historia, llamaría bastante la atención del joven adolescente pero, no sería esto lo único que le quedaría grabado.

Su siguiente experiencia agradable a la vez que traumática para Frida y desconcertante para ella y su marido, tuvo lugar en el Jardín de Cactus, última creación de César Manrique en Lanzarote, situado en Guatiza.

Aquel arte, fue pensado para crear un hogar particular para flores cactáceas de todo el planeta y reunía muchos turistas que quedaban boquiabiertos al ver tantas especies en lo que parecía una sola montaña, contrastando el negro de aquel volcán con el azul del cielo y el color de las plantas, generalmente el verde.
Un espacio circular, repleto de cactus a ras del suelo y un sendero que bordeaba todo el pico haciendo una espiral con más y más especies bordeando aquel estrecho camino donde la gente solo podía pasar en fila, pues no cabía más de una persona.

Pero, ¿Qué pudo pasar en un lugar plagado de cactus para que fuese tan impactante para los padres?
Lo más obvio era pensar que el niño resbaló y cayó en la parte más baja donde estaba repleto de espinas pero no, por suerte y aunque toda esa catástrofe podría haber ocurrido sin duda y terminar las vacaciones en urgencias, el joven mantuvo su equilibrio pero lo hizo mientras huía de una abeja, aparentemente de especie excavadora con un cuerpo más redondeado, vistiendo un pijama blanco a rayas negras.

Un grito que estalló de pecho y garganta a la vez hizo que el matrimonio se voltease para ver qué le estaba pasando a su hijo mientras lo veían correr como un loco y sin pausa metros atrás por aquel fino y rocoso sendero.

Derek nunca olvidó la cara de aquel animal pero fue una cortada de oxígeno para Franc y Frida quienes más tarde le alertarían de su arrebato:

- Eso no lo hagas, podrías haberte caído. -Dijo Frida que no conseguía entrar en situación con la acción de su hijo.

- ¿A ti te parece? Un animalito que no hace nada. Se habrá asustado más ella que tú. -Replicó Franc quien también estaba desconcertado con todo aquello.

- ¡Es que me estaba mirando mal, se reía de mi! Me quería picar. -Intentaba defenderse con un toque de humor el niño.

Nuevamente, haciendo memoria de su huida de la fila del colegio, el miedo fue peor de lo que podría haber sido la consecuencia. Se libró de quizá un posible picotazo pero, de haber caído, hubiesen sido miles.

Después de aquella visita, muy afortunada para la familia a la vez que un poco descabellada, una nueva historia llamó la atención del chico: La leyenda del diablo de Timanfaya.

La leyenda tiene lugar en una boda ente dos jóvenes, los cuales tuvieron que correr a toda prisa junto a sus invitados debido a una lluvia de rocas y lava tras las fuertes erupciones del mismo 1730 pero, correr no fue suficiente para alguien y falleció aplastado por una de aquellas rocas, la novia. El novio, desesperado, cogió una forca para tratar de levantar aquella roca del cuerpo de lo que aquel día iba a ser su esposa, pero ya era demasiado tarde.
Desalentado, recorrió con aquella forca y el cuerpo de su esposa todo aquel infierno que el volcán había originado. Por la noche, mientras la luz de la luna contrastaba aquel paisaje oscuro en el que se había convertido Lanzarote, se vio al joven alzando la forca antes de desaparecer.

Cuenta la leyenda que de la sangre que perdió la muchacha, nacieron plantas medicinales, las cuales obtendrían el nombre de Aloe, su chico, y Vera, ella misma.

Ahora, en la entrada del Parque de Timanfaya podemos ver una escultura de aquel 'pobre diablo' levantando la forca.

Un viaje repleto de historias bonitas, profundas y curiosas donde aprendió de todo y realmente disfrutó en aquel hotel paradisíaco.

La vuelta a casa llegaba y, para el verano siguiente le tocaría vivir una cultura totalmente distinta. ¿Cómo podría vivirlo como un lujo sin serlo? ¿Sería eso posible? Ni siquiera se imaginaba en absoluto una cultura de aquella clase, pero pronto la conocería.

DESDE OTRO PUNTO (YA EN Amazon Kindle)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن