DESDE OTRO PUNTO (YA EN Amazon Kindle)

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1:00

El timbre sonó en la puerta de la casa del chico. Para sorpresa de Frida, quién ya se encontraba sola en casa totalmente desde hacía 4 meses tras el divorcio con Franc, no era su hijo.

Un silencio y una cara de alarma y preocupación escucharon el mensaje que tenía aquella visita:

- Buenas noches.

- Hola. -Dijo Frida sorprendida.

- Somos de la Policía Local. Venimos a informarle que su hijo ha tenido un accidente -la cara de la madre se desfiguró.-pero no se preocupe, está bien. -Trató de tranquilizarle el agente.

Puesto que el joven estaba bien, Frida se vistió corriendo, llamó a un taxi y se fue directa al Hospital General de Castellón donde decían que se encontraba Derek en buen estado. De hecho, acudió algo molesta, ella le iba a dar la regañina del siglo por haber ignorado el móvil y, además, haberla preocupado de aquellas maneras.

Bajó del taxi, pagó y se adentró en el Hospital donde se imaginaba a su hijo esperándole sentado pero, en su defecto, ni le esperaba, ni estaba sentado.
Unas enfermeras bastante directas, con poca disciplina y con ningún tacto, abrieron la puerta donde estaba su hijo sin preparación ni comunicación alguna. Una cara pálida, mareo, flojera de piernas,... se apoderó de la mujer. Esa escena era impactante con todas sus ganas y algo bastante fuerte de ver y pasar, más todavía, sola.

- Ay, ¿Que has venido sola?

- Hombre, no se con quién más tengo que venir a estas horas, tampoco tengo a nadie más.

- Mujer, siéntate, siéntate. -Ofrecieron fríamente las enfermeras sin ofrecerle agua siquiera ni más argumento.

Allí estaba el cuerpo de Derek, en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), lleno de cables y tubos por todas partes, conectado a todas las máquinas posibles y con media cabeza rapada. Esa imagen descolocó a la madre, clara y totalmente. Más bruscas no pudieron ser. Iba a regañar a su hijo por no coger el teléfono y, a cambio, se encontró un cuerpo totalmente débil.

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