EN EL TÚNEL -Parte 1

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17 de Septiembre - 6:00AM

Frida bajó a esperar el taxi, esa noche, por supuesto, no durmió preocupada por su hijo, ya que ni siquiera sabía lo que le había pasado.

Las vecinas le veían esperando antes del amanecer sorprendidas y le preguntaban aunque, claramente más por satisfacer su curiosidad morbosa que por compadecerse ya que en esa zona nadie les tenía demasiado aprecio.

Cuando la noche anterior había tratado de informarse si le había pasado algo más, solo le gritaron que lo importante era que la herida de la cabeza no se le infectase ya que había pocas probabilidades que despertase y si eso pasaba, sería seguro que no lo haría y que daba igual si tenía algo más. Una forma muy delicada para ayudar a tranquilizar a la mujer.

¿Y si tenía alguna parte amputada bajo la sábana? ¿Y si algún órgano estaba reventado? ¿Y si se quedase mal, en sillas de ruedas? ¿Y si...? ¿QUÉ LE PASABA A DEREK Y POR QUÉ NADIE LE DECÍA NADA?! ¿Qué le estaban ocultando?


Cuando llegó aquella mañana a primera hora de visitas para UCI, afortunadamente estaba el doctor que llevaba a su hijo y pudo explicarle con más detenimiento:

Su hijo llevaba una sutura en la parte derecha de la cabeza de unos 7 centímetros, rozando a un milímetro la sien que se adentraba de forma quebrada, no en corte limpio, hacia el centro de la cabeza aunque, claramente, no llegó a tocar ni centro, ni, de milagro divino, la sien. Puntos por dentro y fuera y otra sutura de 2'5cm en la parte frontal, más apartada hacia la parte derecha que central. Le faltaba un diente de abajo y tenía la cara hinchada y con un hematoma morado por la sangre coagulada del golpe.

En el hospital se apresuraron en cuanto llegó a limpiar y suturar la herida pero nadie se limitó a hacerle más pruebas. El chico estaba conectado a un respirador ya que su cuerpo no podía hacerlo del todo por sí mismo y le indujeron el coma con morfina ya que entró inconsciente y gimiendo de dolor.

Si en 3 días no se despertaba ni mostraba mejora, jamás volvería a abrir los ojos.


Cuando los médicos trataban de despertarle, él tan sólo sentía mucho sueño:

-Derek.

-Mmm!

-Derek, estás en el hospital. Has tenido un accidente.

Él se imaginaba en su habitación azul con las paredes llenas de pósters de artistas de grupos de rock y metal. Creía que serían aproximadamente las 10:00 y no quería levantarse:

-¡Que si, joder, ya te oigo! ¡Cállate, déjame dormir! -Pensaba mientras seguía sin fuerzas para hablar, molesto por su cansancio.


Frida iba a casa a cuidar de Sally, el ángel de la guarda de su hijo en forma de gata cruzada con Siamés; Jack, un gato de especie American Wirehair (americano de pelo espeso) que él mismo acogió de una gata de la calle a la que él decidió llamar Amy y Dharma, la hija que tuvieron por desliz Sally y Jack hacía tan sólo 6 meses. Se duchaba y volvía al hospital. Siempre junto a su hijo.

La historia de cada uno de estos 3 felinos es extensa pero fue muy importante en la vida del joven y tendrá, por supuesto su capítulo.


Ahora comienza el paso al túnel de Derek.

Una madre preocupada, un día con su hijo a base de morfina, la cabeza abierta y, algo más: Se encontraron algo de líquido en el pulmón en una de las pruebas.

Sin más datos aquel día pero con visitas constantes de una madre atormentada y un teléfono que nunca dejó de sonar, terminaba un día más en el túnel de aquel joven pero no sin antes avisar a cada "amiguita" del chico y, en especial a Marian quien no pudo contenerse, todo lo que había pasado.

DESDE OTRO PUNTO (YA EN Amazon Kindle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora