La hija de Endeavor, Hanabi, porta un quirk problemático: conserva y roba la energía vital de otras personas, para transformarlas en juegos pirotécnicos explosivos.
Sin embargo, su cuerpo es incapaz de retener la energía de otros, y producto de sus...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
AMAJIKI TAMAKI
No, no estaba esperando este resultado. Este iba a ser un día normal.
Tres horas más tarde, vagando por los sitios más recónditos de la ciudad, nos sentamos en una calle poco transitada para esperar por absolutamente nada.
Lamentablemente me había quedado atrás, especialmente por lo bullicioso que podía ser el de primer año. Era mucho más cómodo caminar a metros de ellos.
—¡¡Senpai!! ¿Conoces a Tokoyami? ¡Él también hace la residencia con Hawks! ¡Es mi compañero de clase!
—¿Eh? ¿Tokoyami? —se mantuvo un tanto pensativa desviando la mirada—. Oh... ¡Oh, claro! ¡Dark Shadow!
—Ah jaja, ese es el nombre de su sombra... ¡Ya sabes, su don!
—¿De verdad?, oh... es bueno saberlo. Me descolocaba, pensaba que hablaba en tercera persona todo el tiempo... Así que así se llama su don...
—Eres muy mala para recordar dones, senpai —rió en voz alta.
Hawks era uno de los pocos héroes realmente activistas en recibir alumnos de residentes. Según Hanabi, era un buen mentor, sin embargo... seguía siendo extraño que le hubiera encomendado venir a nuestra agencia, ¿para qué vendría desde Kyushu hasta aquí?
Era solo una llamada anónima, pero por ello se había armado un plan así de serio, que implicaba incluso hacer equipo entre agencias.
Algo me decía que había sido Hawks el que insistió en la seriedad del asunto, como si supiera qué iba a pasar de antemano.
Era realmente sospechoso.
—¡Senpai! ¡¿De veras no sabías cuál era mi don?!
Ambos se sentaron mientras yo me había quedado de pie, en silencio.
—Kirishima-kun... De hecho, imaginé que también tenías un don de fuego... digo, no es porque te prejuzgara de esa manera... Perdón.
—¡Está bien!, puedo explicártelo mejor. Mi don endurece cada parte de mi cuerpo como una roca, ¡Mira! ¿por qué no intentas golpearme?
Se agachó justo al frente de donde Hanabi estaba sentada, invadiendo un poco su espacio personal, tal y como lo hacía él conmigo al hablarme.
No era de mala educación, solo era parte de su personalidad.
—¡Venga! ¡no temas en hacerlo! ¡Aunque no lo hagas tan fuerte... porque puede dolerte!
Quería saber qué había pasado tras aquel fatídico día, en que vino su padre a buscarla a la academia. Día a partir del cual no se vio rondando por los pasillos, ni por los dormitorios. Me relajé un poco al saber que era por estar trabajando en sus residencias, pero aún así quería saber más.
