La hija de Endeavor, Hanabi, porta un quirk problemático: conserva y roba la energía vital de otras personas, para transformarlas en juegos pirotécnicos explosivos.
Sin embargo, su cuerpo es incapaz de retener la energía de otros, y producto de sus...
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''Tamaki, este es el momento, por favor, ven...''
Aquella voz reiteró las mismas palabras de siempre, sin darle oportunidad de tranquilizarse en los pocos minutos que tendría antes del examen. En cualquier momento perdía la cordura por completo, tampoco ayudaba el infortunio de haberse ganado el puesto de protegido.
Ese tipo, el de la telaraña en el cuello, seguía sonriéndole burlón del otro lado del patio principal. Tamaki era un chico tranquilo, pero no le gustaba que colmaran su paciencia.
Si no lo enfrentaba ahora, quizá iba estar jodiendo dentro de su mente por el resto del examen.
Por lo que avanzó decidido hacia él, hasta que una tercera voz llamó su nombre.
—¡Amajiki-kun! —gritó la joven de cabellos largos corriendo hacia él—, ¡¡Así que también eres protegido!!
Abandonó su resolución de enfrentarlo, volviendo a calmarse.
—¿Hado-san? —se volteó para encontrarse con ella, la cual a pesar de estar sonriente, podía demostrar con el resto de su rostro que estaba molesta.
—... es una lástima, ser protegidos —pronunció Nejire sin abandonar su sonrisa—, no soy una chica que deba ser protegida. Qué curioso, me pregunto por qué me escogieron...
—Dijeron que fue aleatorio —respondió el peliazul, pero con la misma molestia notable.
—¡Señor Amajiki!
El grito de un chico los sobresaltó a ambos, pues apareció de la nada. Era bastante bajito, de 1.60 por lo menos, tenía cola y orejas de lobo, además de eso, tenía garras realmente prominentes, y a juzgar por la gorra, seguramente era del Shiketsu.
—¿Se-señor? —replicó confundido ya que probablemente tenían la misma edad.
—¡¡Kya!! ¡¡Qué adorable!! —gritó Hado, acercándose hasta él para acariciarle las orejas—, ¡¡Eres un perrito!! ¡¡Bueno, una persona!! ¡Pero un perrito muy adorable! ¡Qué raro eres!
—A-ah... —se congeló el chico frente el contacto de una mujer hermosa que le estaba halagando—, s-s-soy un hombre-lobo... S-soy Aki- Aki-yama Shaoran...
—Akiyama Shaoran —repitió Amajiki con cierto asombro, pues aquel nombre le sonaba conocido.
—¡¡Sí!!
Avanzó por el lado de Hado para colocarse al frente de Tamaki, bajando la cabeza en medio de una exagerada reverencia.
—¡Soy el protegido de la señorita Todoroki! ¡¡Y-y dije!!, en voz baja, que era linda... Lo lamento, ¡no quise fastidiarlo! ¡¡N-no tengo malas intenciones!! ¡¡N-nunca le faltaría el respeto!! ¡Así que...! ¡Por favor...! No me mate —eso último lo había pedido en medio de un susurro.
