La hija de Endeavor, Hanabi, porta un quirk problemático: conserva y roba la energía vital de otras personas, para transformarlas en juegos pirotécnicos explosivos.
Sin embargo, su cuerpo es incapaz de retener la energía de otros, y producto de sus...
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Silencio.
La residencia de los Todoroki abundaba en un profundo, fastidioso y eterno silencio. Los miembros que compartían el techo esperaban un remezón en las paredes como es común, producto de las explosiones de su padre atestado en ira. Especialmente cuando algo de tal envergadura había sucedido.
—Bi... —Fuyumi se encontraba apoyada en la puerta del salón de entrenamiento de su padre, ponderando si era efectivamente oportuno deslizarla y entrar.
La pelirroja suspiró al ver a su hermana mayor remisa en aquel sitio.
—¿Está ahí dentro? —preguntó intentando asomarse, aunque la puerta estaba cerrada.
La chica de reflejos rojos asintió dos veces, haciéndose a un lado en cuanto su hermana menor resolvió en ingresar.
—Espera —la detuvo antes de que deslizara la puerta—. No deberías entrar tú, Bi...
Ambas susurraban la una a la otra, para no ser escuchada por Todoroki Enji, que estaba sentado del otro lado de la puerta.
—... ¿Quedó libre de la justicia, no?, no debería estar tan destruido como para no poder enfrentarme... —insistió la pelirroja cogiendo el borde la entrada.
—Bi... Su licencia de héroes fue suspendida por cinco años...
—¡Pues no para siempre! —alzó la voz, ante lo cual Fuyumi siseó acallándola—. ¿Crees que a los 50 el viejo no volverá a trabajar?
—... Bi... la población... ya no confía en nuestro padre... por lo que hiciste.
A pesar de que Fuyumi procuraba no demostrar su estrés por lo ocurrido, un cierto nerviosismo le inundaba al recordar la exposición de sus conflictos familiares ante todo el mundo.
—Claro que ya no confían en él. ¿Tú acaso confiarías en un héroe que hizo, lo que hizo él?
—Él no es cualquier héroe, Bi, es nuestro papá —insistió su hermana, susurrando pero remarcando sus palabras con ímpetu.
Ella sonrió melancólicamente.
—Déjame hablar con él... una sola vez... —pidió en voz baja, haciendo que Fuyumi se removiera de la puerta lentamente.
A pesar del cariño que sentía la mayor por su padre, el miedo que le tenía también saltaba a la vista.
—Ten cuidado, Bi... no ha explotado la casa, pero... de todas formas debe estar muy enfadado...
Hanabi asintió y entró a la habitación, dejando la entrada abierta a sus espaldas. Endeavor se levantó en cuanto oyó la intromisión.
Sin tener que darse la vuelta, para saber quién había entrado, la nombró.
