La hija de Endeavor, Hanabi, porta un quirk problemático: conserva y roba la energía vital de otras personas, para transformarlas en juegos pirotécnicos explosivos.
Sin embargo, su cuerpo es incapaz de retener la energía de otros, y producto de sus...
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Una chica de baja estatura se encontraba de pie frente al escritorio de la oficina de Endeavor. No importaba lo pequeña que lucía a ojos del héroe número uno, tampoco la intimidación que él le transmitía con sus llamas. La peli-negra se mantenía inmutable enfrentándolo con la mirada.
Había sido contratada por la agencia hace muy poco tiempo, y nadie le había informado, dentro de los términos, de la repentina decisión que el hombre le estaba comunicando ahora.
—¿Compañera de alguien? ¡No estoy aquí para ser sidekick de nadie!
Ella sabía que una misión importante, que involucraba a la hija de su jefe, estaba comenzando a llevarse a cabo por los compañeros de fuego.
Pero ni siquiera eso iba a aplacar su orgullo.
Tenía muchas expectativas como recién llegada a Japón. No quería ser la sombra de nadie en su debut, por eso le enfurecía demasiado.
—¡¡Twinge, vamos a formar equipos de héroes para esta misión!! ¡¡Él es de tu edad, así que es probable que os entendáis mucho mejor!!, ya sabes que el resto de héroes en la agencia ya son adultos de mediana edad —le explicó la compañera de Endeavor, que a vista de Rachel, parecía su secretaria.
''Entonces deberíais asignarlo a él como subordinado... joder''. Tuvo que tragarse sus palabras ante su superior, sabiendo que sería contraproducente insistir al respecto.
De pronto la puerta se abrió a sus espaldas, llamando la atención de todos dentro de la habitación.
Rachel se volteó malhumorada, pero rápidamente percibió un escalofrío recorrerle su cuerpo, que la obligó a deglutir al verlo.
Un chico alto y de cabello oscuro, cuyo largo caía por su rostro, de facciones finas, ojos y orejas afiladas. Emitía frialdad al entrar, y una oscuridad que no correspondía a una persona corriente.
En cuanto se colocó a su lado para saludar a Endeavor, ella bajó la cabeza como nunca solía hacerlo. Ese efecto que causaba, con su sola presencia, era nuevo para ella.
—... Lamento llegar tarde.
¿Tarde?, Rachel miró a su costado por la ventana y el cielo estaba oscuro. Era tan temprano que ni siquiera amanecía. Además, él parecía estar sumamente cansado, como si no hubiera dormido ningún solo día hasta esa mañana.
Sus ojos lucían demasiado tristes y sombríos.
Aunque eso le parecía sumamente atractivo.
—Amajiki, ella es Twinge, su verdadero nombre es Rachel Yale. Será tu sidekick durante esta misión —uno de los compañeros de fuego se adelantó para explicar la situación que los reunía.
El peliazul entendía que, dentro de una agencia, era común que a los veteranos se les asignaren compañeros para las misiones importantes, sin embargo, él sólo era un principiante que había comenzado ese mismo día.
