La hija de Endeavor, Hanabi, porta un quirk problemático: conserva y roba la energía vital de otras personas, para transformarlas en juegos pirotécnicos explosivos.
Sin embargo, su cuerpo es incapaz de retener la energía de otros, y producto de sus...
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En una base en concreto, difícil de ubicar dentro de las urbes, se concertaban los despiadados miembros de la liga de villanos, o bueno, al menos una pequeña parte de ellos.
El rehén que mantenían cautivo a su merced, permanecía inconsciente sin mover un solo dedo. Se había aturdido producto de un golpe en seco y forzoso, y de ello no había podido recuperarse hasta ahora. Seguramente no midió su infortunio, pues no supo hasta el último momento el por qué le había tocado encontrarse con ellos.
Estaba completamente amarrado de las manos. Habían pasado dos días desde que la liga había secuestrado aquel ciudadano común, para hacerlo partícipe de sus planes. El golpe propinado debió haber sido muy duro, para mantenerlo sumido en el sueño durante todo este tiempo.
O quizá se había debido a que antes de llegar a la base, dieron por iniciado el plan activando un nuevo quirk psíquico sobre él, que hasta ahora, no habían podido probar.
—Es primera vez que hacemos uso de ese quirk, ¿verdad?, del Subordinate Doll —preguntó Spinner, mirando tranquilo al desafortunado individuo inconsciente—. Él es el sujeto de prueba, ¿verdad?, para antes de usarlo sobre esa mocosa, ¿verdad?
—Si no te callas de una vez, voy a quemarte las entrañas —se quejó Dabi sentándose frente al cautivo y observándolo en silencio.
—¿Vas a activarlo? ¿Dabi-kun? —sonrió Toga de manera sugerente—, ¿seguirás el plan? ¿como lo teníamos predispuesto?
Lamentablemente esa chica loca, a perspectiva de Dabi, era sumamente peligrosa, pues contaba con demasiada información. Por la única razón de que la había necesitado para recuperar las memorias del futuro de Hanabi, infiltrándose en el examen profesional.
Así las cosas, ambos habían presenciado esos recuerdos, apenas habían confiscado aquel dispositivo de memoria externa.
Dabi sabía que el plan terminaría por fracasar, y que Hanabi moriría sin poder cumplir con los caprichosos deseos de Shigaraki. Todo eso lo sabía, sin embargo, pretendía seguir la misma línea que habían visto en los recuerdos que vieron, sin importar que fallaran.
El pelinegro no le había comentado nada a su líder, por tanto ninguno de ellos, excepto Toga, sabían de la existencia de los recuerdos del futuro de la joven adolescente.
Toga tampoco parecía querer delatarlo, aunque esa presión que ejercía con su característica sonrisa acompañada del sonrojo en sus mejillas, le estaban poniendo de los nervios.
—Claro que sí, imbécil, ¿qué más debería hacer? ¿si no es seguir el plan? —le observó amenazante, con una mirada que inspiraba un claro ''no me hagas perder la paciencia''.
Spinner se giró hacia ambos alternadamente sin entender qué clase de tensión se había formado entre ellos.
—Pues ya, ¿no?, Dabi, debes activar el don... Si no lo haces, y este hombre despierta, nos va a paralizar a todos aquí—asumió el lagarto regresando a ambos al presente.
