Capitulo 4: Sangrando Amor

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Nathaniel Archer

La sensación de volver era inexplicable. Al ver todo nuevamente era como si el pasado regresara. Todo seguía igual, intacto y yo no sabía por dónde empezar. Volver a aquella casa era un mar de emociones que solo traían recuerdos de Catalaia a mi cabeza.

— Señor, he tratado de dejar todo lo más presentable posible. Me ha avisado con muy poco tiempo de su regreso.

— Gracias Jade

— ¿Se quedará definitivamente? Pregunto para acondicionar toda la casa.

— Me quedaré, no planeo irme.

Subí las escaleras hasta la habitación y me quedé mirando la cama por unos segundos. Todo me recordaba a ella y era un dolor que no podía aliviar con nada. Sabía donde estaba, podía ir a buscarla pero no sabía si era lo correcto. Quizá lo mejor era dejarla en paz, no volver a buscarla y dejar que hiciera su vida. Pero necesitaba saber donde estaba mi niña enterrada. No podía con la idea de no saber a dónde ir a llevarle flores y pedirle perdón por no haber estado ahí para ella. Mi móvil sonó y leí rápidamente un mensaje.

Odette a las 3:00pm

Así que regresaste a Londres..., espero que sea por negocios y no por la segunda parte de tu novela romántica.

Nathaniel a las 3:01pm

Te juro que si la tocas, te reviento.

Odette a las 3:02pm

Antes de que puedas hacer algo, estaría muerta.

Lance con furia el móvil al suelo. Quería que esa persecución acabara ya. Maldije el día en que conocí a esa perra una y otra vez. Por su culpa, Catalaia pensaba que la había abandonado y eso era lo que más me dolía. Quería verla, pero no sabía si al hacerlo la ponía en peligro. Tocaron la puerta y Margaret entró con algo de temor.

— Sal de aquí

— Nathaniel, hablemos por favor.

— Te he dicho que salgas.

Margaret se acercó a mí y sentándose a mi lado me abrazó fuertemente. Yo quería alejarla pero necesitaba ese abrazo más que nunca. Siempre buscaba la forma de no llorar, se no mostrarme débil pero mi debilidad era Catalaia. Si le pasaba algo a ella, simplemente yo moría.

— No puedo más, siento que haga lo que haga, no podré protegerla de Odette ni de esa mafia. Tarde o temprano la van a matar.

— Cometimos un error al no escucharla pero los errores tienen tres etapas, cometerlos, aceptarlos y no volverlos a repetir. Quizá no sea fácil que ella te escuche pero al menos debes hacer el intento.

Negué con la cabeza

— ¿No comprendes que estar cerca de ella es ponerla en peligro?

— Encontraremos una forma de acabar con Odette.

Me puse en pie y caminando hacia la ventana suspiré con dolor y resignación.

— Yo ahora solo quiero que ella esté a salvo. Mi amor por ella no importa. No quiero que termine igual que mi hija. Quiero que tenga familia, que tenga más hijos..., que sea normal.

— Tu eres normal Nathaniel.

— No lo soy y lo sabes. Además de mi pasado soy fenómeno. No podría tener una familia con nadie aunque Odette no existiera. ¿Crees que si le digo a ella o a cualquier mujer de mi condición me aceptaría? Me tendrían lástima. Por eso papá nunca me quiso.

Margaret levantó mi rostro haciendo que la mirara a los ojos y sonriendo con cariño respondió.

— Pienso que si le hubieras dicho a Catalaia ella no le hubiera importado. No eres un fenomeno, solo eres especial. Y puedes vivir normalmente con eso.

Después de Tí Where stories live. Discover now