Capitulo 5: Dos corazones se reencuentran

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Catalaia Winchester

No tenía ganas de ir a esa fiesta y mucho menos al ser un baile de esos estilo medieval como princesa de cuento. La verdad es que me jodia las fiestas y el humor lo tenía por los suelos. Alice insistió tanto que siempre terminaba diciendo que iría. Era la fiesta de su familia y tampoco quería hacerlos sentir mal.

— Ese café..., ya debe estar frío

— Probablemente— Respondí sonriendo tenue

Louis me miró como si supiera lo que me ocurría. Tomando un sorbo de su café comentó algo curioso.

— Sabes que creo..., que sigues esperando que ese amor regrese a tu vida.

— No se de que hablas.

— Somos amigos, puedes contarme lo que sea. Yo también te contaré un poco de mi. Creo que es lo justo ¿No?

Tragué saliva sin saber qué decir. Pero también quería desahogar todo lo que llevaba dentro. Suspirando lo miré y había algo en el que me causaba confianza.

— Si..., estoy enamorada desafortunadamente de un hombre que..., aún no se porque desapareció de mi vida.

— Mmm, esa historia me parece algo común. El típico hombre que se va sin dejar rastro.

— No..., es más complicado de lo que parece.

Algo desanimado curvó la comisura de sus labios.

— Creo que no tengo oportunidad entonces...

— Creo que nadie la tiene, Louis. Ni siquiera yo. No quiero ninguna relación ni ahora ni después. Solo quiero continuar sola, siendo quien soy ahora.

— De mi no hay mucho que contar, soy viudo..., llevo un tiempo solo. Mi esposa murió de cáncer y desde entonces he estado solo. Tampoco soy de muchos amigos, así que eres mi segunda amiga después de Alice. Hablando de Alice, ¿Te molestaría acompañarme a la fiesta de su familia?

No sabía si debía aceptar. La verdad es no tenía idea de cómo sería el aceptar esa propuesta y luego dejarle claro que solo soy su amiga, nada más. Pero a diferencia de otros, él parecía estar conforme y respetar mi decisión. Era muy respetuoso y eso, me agradaba. Asintiendo con la cabeza respondí.

— Vale, como amigos...

— Prometido

No podía creer que ese café se hubiera dado. Lo negué tantas veces que yo misma me había convencido que no había forma de luego aceptarlo. Al llegar a la casa comencé a buscar en el closet el vestido de fiesta más elegante y bonito que pudiera usar. Aunque no tenía deseos de fiesta, se lo debía a Alice por todo lo que había hecho por mi durante todo este año. Quería pensar en otra cosa pero mi mente terminaba en el mismo lugar, en Nathaniel. Quizá nuestros caminos ya no podían ser iguales, pero necesitaba verlo y entender porque se había ido de la forma en la que lo había hecho. Tal vez de esa manera no seguiría en aquel círculo vicioso  odiando amar a alguien que en el fondo, era el único amor de mi vida. Necesitaba un baño y de esos largos con una copa de vino en las manos. Estaba tensa y los hombros comenzaban a doler. Hacía tiempo que no veía mi cuerpo desnudo ante un espejo. Verme en aquella ocasión me había recordado la mujer que estaba dormida en mi interior. Esa que Nathaniel había despertado en mí, la que se derretía con solo el roce de su piel contra la mía. Buscaba la forma de evitar sentir deseo, pero lo único que deseaba en aquel momento, era tenerlo cerca, sentir su olor y sus labios rozando los míos. Sacudí la cabeza y enojada conmigo misma me dije.

— ¡Bueno ya! ¡No seas estúpida Catalaia! Tú aquí pensando en estupideces y ese infeliz lo más probable haya comprado esta vez a una china o alemana y ni se acuerde de que existes.

Después de Tí Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ