Capitulo 19: Igual a una madre

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Catalaia Winchester

El nervio me tenia picada en trocitos, odio los hospitales y llevaba medio día metida en uno. Nathaniel entró a la habitación con unas hermosas rosas blancas y besando mis labios me miraba de una forma algo extraña. No sabía definir que percibía en su mirada pero me daba algo de ansiedad. Sonriendo algo inquieto preguntó.

— ¿Cómo te sientes?

— Bien, ya me quiero ir a la casa.

— Nos iremos, pero necesito que me prometas algo.

Asentí con la cabeza

— Lo que te diré ahora, lo tomaras tranquila, no te vas a exaltar porque puede hacerles daño.

Apreté los dientes y poniéndome algo seria arquee una ceja.

— Intentaré no hacerlo, ahora dime que pasa. ¿Hacernos daño?

Nathaniel algo tartamudo y tembloroso me miro y suspiro profundamente.

— Cata..., estás embarazada. Tendremos otro bebé.

Sentí como en cuestión de segundos mi cuerpo se tornó frío y pálido. Sus palabras retumbaron par de veces en mi cabeza y antes de salir del trance lo único que me vino a la mente fue aquel accidente, aquel coche arrollando mi cuerpo y yo sintiendo como mi vientre se golpeaba una y otra vez hasta caer contra el pavimento. La sangre correr sobre la calle y luego el dolor intenso de pujar hasta sentir que me quedaba sin fuerzas hasta dar a luz a una niña que nunca llegó a experimentar lo que era el oxígeno en sus pulmones. Nunca la escuche llorar, la tuve en mis brazos y parecía que dormía, la tuve solo minutos en mis brazos para que luego me la quitaran y no verla nunca más. Todo ese momento que luchaba día a día por olvidar, regreso a mi mente más vivo que nunca.

— No puedo estar embarazada, es un mentira.... ¡no estoy embarazada!

— Catalaia por favor nena tranquilízate.

— ¡No puedo tener hijos! No quiero otro bebé en mi vientre para perderlo. ¡No lo quiero! ¡No quiero este bebé! ¡Quiero que me lo saquen!

Y eso quería, no tener otro bebé dentro de mí que yo sintiera crecer, dar pataditas en mi vientre y luego muriera dentro de mi. No podía soportarlo una vez más. Llorando con dolor supliqué

— Nathaniel dime que no es cierto por favor. No quiero otro bebé. Se va a morir, por favor dime que no.

Buscando o más bien, intentando consolar mis miedos, se sentó a mi lado y abrazándome fuertemente respondió con amor en sus palabras.

— También muero de miedo. No tienes idea de cuánto miedo tengo en estos momentos. Pero si de algo estoy seguro es de que quiero a ese bebé desde el momento en que me entere que estaba en tu vientre. Nada va a reemplazar a Judy, pero este bebé nos ayudará a sanarla a ella. Es un milagro que tengas un bebé en el vientre, no vuelvas a decir que quieres abortarlo.

Estaba desconsolada, sin saber qué responder. Lo único que tenía en la mente era ella, la maldita de Odette. Lo miré y aún gimoteando respondí.

— Odette lo hará de nuevo, lo matará como hizo con Judy.

— No va a pasar y eso..., te lo aseguro. Todo estará bien, tú y el bebé. Ahora necesito que te relajes, aunque estoy feliz de que vamos a tener otro bebé, también algo preocupado. Tu embarazo es de alto riesgo Catalaia, cualquier disgusto o situación tensa puede hacer que pierdas al bebé.

— ¿Como pretendes que esté serena sabiendo que en cualquier comento esa mujer va a buscarme para matarme?

Nathaniel tocó mi vientre y agarrando una de mis manos la colocó junto a la de el. Dentro de toda aquella tensión solo podía ver una cosa, la emoción en sus ojos de que sería padre.

Después de Tí Where stories live. Discover now