17. El infierno que nadie merece vivir

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Dos semanas después

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Dos semanas después.

Dalia.

Luego de haber rechazado llamadas de Kyle, y de encontrarme únicamente con Newt en mi apartamento, tenía que enfrentarme a él en la entrega de premios ya que el idiota de Newt lo había hecho su invitado al igual que Donna. ¿Cómo solucionaron sus problemas? Pues según noté por lo menos Newt no tenía ningún nuevo hematoma en su cara así que eso era un avance, además, estuve charlando por un tiempo con Donna quien me comentaba lo que sucedía entre ellos, ella me dijo que estaba bien con Newt y que lo de Kyle y él era solo cuestión de tiempo para que se solucionara. Donna tenía razón, no a cualquier amigo lo invitas a una entrega de premios así que asumí que ya todo estaba solucionado.

—¿qué te parece este?—Donna me enseñó su teléfono donde había un lindo maquillaje pero que no combinaba con el vestido que Moyra había elegido con diseñadores profesionales.

—el vestido es verde con plateado, no debe ser muy escandaloso, es lindo, pero demasiado. Solo deja que ellos hagan su trabajo.

Nos encontrábamos en mi apartamento Stella, Donna y yo arreglándonos para la entrega de premios. Le ofrecí a Donna que viniera a lo que ella aceptó porque los chicos no sabían nada de estos temas y que le vendría bien alguien con experiencia para que no se sintiera extraña.

—¿cómo están tus muñecas?—preguntó observándolas.

—mejor, igual van a maquillarlas un poco para que no haya ningún error.

—lamento lo que pasó con Newt.

—no tienes que disculparte, él ha estado diciéndome «lo siento» todo el tiempo desde ese día y tengo más osos de peluche que antes así que puedo decir que tiene sus ventajas—Donna rió.

—si, también ha llevado miles de pulseras de colores a mi apartamento desde eso, dice que no quiere dejarme una mala impresión.

—¿pulseras de colores?

—ya no me avergüenza—retiró las que traía puestas debajo de la manga del albornoz mostrándome sus heridas lo cual causaba un poco de impresión.

—no sé qué decir—estaba sin palabras.

—descuida, muchas veces las oculto pero ya estoy cansada de fingir que nunca pasó. Y estoy bien ahora, a comparación de antes, hace un tiempo ni siquiera me levantaba de la cama o me esmeraba por sonreír, algo tan sencillo como eso, vivía bajo una nube y estoy feliz de que ya no siento esa sombra nublando mi vista.

Extendí mi mano y tomé la suya.

—me alegra saber que te sientes mejor.

—si, a mí también me alegra, la gente no suele saber lo complicado que es superar algo como eso... es difícil.

—lo sé, también me he sentido de esa forma.

—no lo sabía...

—muchas cosas me marcaron y ahora supongo que estoy un poco más tranquila.

Versos fríos [EN EDICIÓN]✔️Where stories live. Discover now