Kyle.
—Donna, en internet no encontré nada sobre una exposición de arte en Ibiza, ¿podrías decirme lo que planeas?
—¡claro que la hay!—replicó—. Solo toma la pintura y muévete, no quiero llegar tarde al hotel.
—Newt, al menos te conviene decírmelo luego de lo que hiciste con mi hermana—bramé serio a lo que Newt solo agachó la cabeza y me ignoró—. ¡¿Ahora me ignoras?! Se supone que soy yo quien debería estar enojado contigo.
—Newt no te va a decir nada, no le gustó que lo hubieras amenazado en cuanto supiste lo de Las Vegas—añadió Donna deteniendo un taxi para ir al hotel—. Ve en este al hotel Talamanca y nosotros iremos en el otro para no estropear la pintura, ¿te parece bien?
—como sea—contesté de mala gana.
—por Dios, deja ya tu actitud de bravucón. Estamos en Ibiza, disfrútalo—dijo con una enorme sonrisa mientras me ayudaba a meter la pintura al taxi—. Cuando llegues a la recepción te registras, ¿si? Iré a conocer la ciudad con Newt y nos vemos en la playa a las ocho, lleva la pintura y luego tomamos un taxi para ir a la exposición.
—si...
Subí al taxi y Donna cerró la puerta. De verdad no entendía lo que estaba sucediendo.
Delilah.
El vuelo aterrizó y salimos del avión. No había dormido en la noche anterior al recordar que sería mi cumpleaños e iríamos a Ibiza, no era común para mí salir en mi cumpleaños y menos tan lejos.
—¿dónde está Stella?—pregunté al salir del aeropuerto con Francis guindando de mi pierna.
—en el hotel. No es muy buena manejando el teléfono pero entre lo que escribió deduzco eso—comentó Marcus leyendo el mensaje desde su teléfono.
—¿nos recogerá alguien o pediremos un taxi?—inquirí.
—un taxi.
Tomamos el taxi que nos llevaría hasta el hotel Talamanca. Al llegar a recepción, Marcus llamó a Stella y ella apareció vistiendo un atuendo muy tropical y una sonrisa resplandeciente que se ensanchó al ver a Francis, quien estaba antes en mis brazos pero al ver a Stella corrió para que lo abrazara.
—¡mis niños!—exclamó al vernos—. Los extrañé tanto—Stella se acercó a mí y me regaló un fuerte abrazo mientras que Francis aprovechó para acariciar por un segundo mi cabello—. Feliz cumpleaños, mi niña. Te amo.
—y yo te amo a ti, Stella. ¿Qué has hecho sin mi estos últimos años?
—tu sabes, lo normal, mantengo de apartamento en apartamento para ver a los chicos que están increíbles. Es una pena que no hayan podido venir—añadió con pesar.
ESTÁS LEYENDO
Versos fríos [EN EDICIÓN]✔️
Teen FictionEl frío era un escudo para ella, una capa de invisibilidad para evitar que la dañaran. Pero ella ya estaba rota, la sociedad la había hecho pedazos acabando con cada aspecto importante de su vida, porque cuando ganó el peso de la fama todos se creía...